| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El encuentro se prolongó durante varias horas en la "Sala Roja".
El encuentro se prolongó durante varias horas en la "Sala Roja".

La treta de Pedro Sánchez con Albert Rivera pone nervioso a Podemos

La estrategia del PSOE va clarificándose tras una tarde de infarto en el Congreso en la que una reunión con Ciudadanos se acabó filtrando en pleno encuentro con los morados.

| Manuel Ortega España

Casi cinco horas se prolongó el encuentro entre los equipos negociadores de PSOE, Podemos, Compromís e IU. Una reunión comenzada a las 16.30 horas de la tarde en la Sala Sert, la conocida como “Sala Roja”, del Congreso y que, a la vista de las palabras de los portavoces implicados, parece apuntar a la formación de un “Gobierno del cambio” capitaneado por Pedro Sánchez.

De hecho, los cuatro actores tienen prevista una segunda reunión para este miércoles a las ocho de la tarde. Ese encuentro tendrá lugar después de una reunión bilateral entre PSOE y Podemos en la que se tratarán varios puntos de una agenda que incluye política económica, social, lucha contra la corrupción y la regeneración democrática, entre otras cuestiones.

Un PSOE a dos barajas

Al menos en principio, porque el representante socialista, Antonio Hernando, volvió a ejercer como poli malo. “Se ha avanzado más con Podemos y con Ciudadanos porque hemos tenido más ocasiones de sentarnos a hablar. El problema con Podemos es que no han querido sentarse hasta hoy”, arrancó Hernando.

La reunión maratoniana entró en su recta final con la llegada de Pedro Sánchez al Congreso sobre las nueve de la noche, que echó leña al morbo de la cita. El líder socialista no acudió al encuentro pero la tensión era tal que se despertaron los rumores, incluidos los que apuntaban una hipotética reunión secreta con Pablo Iglesias. En realidad, lo hizo con Albert Rivera.

Y ese no fue el único morbo de la jornada. Mientras el encuentro a cuatro tenía lugar se conocía que otro de los negociadores socialistas, José Enrique Serrano, mantenía una cita paralela con Ciudadanos a la que las otras partes restaban importancia.

Claro que una cosa es lo que se piensa y otra lo que sucede. Porque las declaraciones de Hernando, en las que constató que con 161 diputados no se puede formar el “Gobierno del cambio”, dieron pábulo a un posible acuerdo con los naranjas. “El cambio vendrá desde la transversalidad”, remachó el socialista.

Y por más que mencionase también al PNV o a CC, Ciudadanos se apareció en todas las mentes. La apuesta más fuerte en los corrillos de la prensa apuntó a pacto de gobierno con Podemos, Compromís e IU y posible abstención de los naranjas como platos fuertes. 

Cambio transversal, alfombra para Ciudadanos

“Es una buena pregunta para Antonio Hernando. Me viene a la cabeza esa canción de Machín de cómo se puede amar a dos mujeres y no estar loco”, contestaba el portavoz de Compromís, Joan Baldoví, al ser preguntado sobre la posibilidad de que el miércoles Ciudadanos y PSOE escenifiquen un acuerdo.

Esa cuestión fue capeada por los portavoces no socialistas apuntando que ninguno de ellos estará dispuesto a formar parte de un Gobierno con el partido naranja. No obstante, el representante de Podemos, Iñigo Errejón, apuntó que no es lo mismo entrar en un Ejecutivo que alcanzar una abstención. "Son fuegos artificiales", llegó a afirmar. Para algunos, los celos hicieron aparición. 

“Se empeñan las matemáticas”, alegó el secretario político de la formación morada, que pese a todo se mostró optimista. “Puede ser la foto de un posible gobierno del cambio”, recalcó.

El optimismo fue la tónica general salvo por el papel de doberman de Hernando, dispuesto a defender la jugada a dos barajas del PSOE, necesaria por otra parte para Sánchez. “Que ninguna de las fuerzas del cambio vote lo mismo que el Partido Popular”, fue el objetivo fijado por el socialista. El siguiente episodio, en unas horas.