El tongo y las filtraciones enturbian los planes del Barcelona para el Camp Nou

El proceso había sido inmaculado. Pero en la reunión para elegir qué arquitecto sería finalmente el encargado de llevar a cabo la remodelación del campo santo del FC Barcelona, el Camp Nou, algo se torció. Un nombre llegó antes de tiempo a la redacción del periódico La Vanguardia cuando aún no había finalizado la ronda de presentaciones de los proyectos.

El elegido había sido Nikken Sekkei (en colaboración con Joan Pascual i Raimon Ausió Arquitectes) pero él ni siquiera lo sabía porque a eso de las 18:47 horas no había nada decidido oficialmente. Así lo aseguró la cuenta oficial de Twitter del club, que hizo público el momento exacto en el que el jurado se sentó a deliberar: las 19:43 horas.

¿Quién filtró a los medios la noticia? Es algo que aún se preguntan en los despachos del club. El directivo Jordi Moix desmintió este miércoles que se produjera una filtración y acusó al medio de publicar "sus cábalas". "No fue una filtración sino una especulación", declaró ante la prensa que quería deshacer el entuerto de las "quinielas". Moix insistió en la pulcritud durante los seis meses que ha durado el concurso y se negó a aceptar ninguna otra versión: "No hemos pedido disculpas a los equipos participantes porque la decisión la tomamos a las 9 de la noche", dijo.

Pero algo no cuadró para el resto de candidatos, que como era de esperar no se tomaron bien la polémica. Josep Miàs, que concursaba en la candidatura formada por POPULOUS - Mias Arquitectes - RCR Arquitectes, mostró su decepción ante los micrófonos de Catalunya Radio: "¿Qué sentido tiene hacernos ir a exponer el proyecto si ya se sabía el ganador?".

Los ánimos anda revueltos también en el Ajuntament de la Ciudad Condal, que formó parte del jurado junto a una representación del colegio de arquitectos. El proceso había sido impecable y profesional y ahora sobre él planean las críticas y un "tufo" a tongo que molesta a los responsables. "El Barça nos ha hecho ir a perder el tiempo", fue la acusación que más daño hizo a los responsables culés.