| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmena es alcaldesa gracias al PSOE.
Carmena es alcaldesa gracias al PSOE.

El fuego cruzado en el PSOE-M pone en jaque la Alcaldía de Carmena

¿Qué quiso decir la líder de los socialistas de Madrid cuando anunció que su partido estaba dispuesto a entrar en el equipo de gobierno? Aquí la historia.

| Antonio R. Naranjo España

La Alcaldía de Madrid ha estado en el alero más que nunca, aunque nadie se haya enterado: un movimiento en falso y, tal vez, el respaldo que le dio el PSOE para acceder a la Casa de la Villa pese a no haber ganado las elecciones, se hubiera tambaleado. Ésta es la historia.

Hace apenas unos días, la secretaria general del PSOE en la Comunidad de Madrid, Sara Hernández, se descolgó con un anuncio sorprendente: su partido, dijo la alcaldesa de Getafe, estaba dispuesto a entrar en el Gobierno de Madrid, tal y como siempre pretendió su defenestrado candidato, Antonio Miguel Carmona.

La fría y eufemística respuesta de Manuela Carmena, que volvió a apelar a un mantra tan afortunado como inexacto al decir que ellos no son un partido sino un movimiento ciudadano y que serían las bases quienes decidirían llegado el momento, no fue más que una cortina de humo del verdadero problema que subyace: a la alcaldesa madrileña le hicieron llegar el mensaje de que, si corría mucho en atender a su homóloga sureña, lo mismo se encontraba con un problema para su propia subsistencia.
¿Por qué? ¿Cuál es la razón? ¿Podía haber pasado?

La cuestión es la siguiente: la mitad del PSOE de Madrid aguarda en sus cuarteles de invierno a que llegue el 20D y si, como indican las encuestas, Pedro Sánchez no tiene opción alguna de alcanzar la Presidencia; irán a por todas contra Ferraz y contra su equipo en la Comunidad Autónoma.

Sara Hernández, a quien se identifica como un soldado de Sánchez que renunció a representar a todas las sensibilidades al apoyarle en la confección de una lista por Madrid a las generales que incluía a Zaida Cantera e Irene Lozano, quiso tal vez reforzar su presencia en el Ayuntamiento, aunque nadie tiene claro por qué hizo exactamente un movimiento que sólo ha servido para redoblar la inquina que se tienen las dos familias del socialismo madrileño, una auténtica batalla entre capuletos y montescos con menos lírica de la que puso Shakespeare en el drama original entre Romeo y Julieta.

Sea como fuere, la disidencia del PSOE, que se siente apoyada por la mitad del partido, representada por Susana Díaz y convencida de que tras las generales dará la vuelta a la tortilla; montó en cólera e hizo llegar el mensaje a Carmena, que se lo ha callado pero ha obrado en consecuencia: si se integra en el Ejecutivo Local a Puri Causapié y a los suyos; tal vez se tenga que visibilizar la profunda división entre los socialistas de la Comunidad… e incluso en el grupo de concejales.

Como quiera que sólo un voto ha dado la Alcaldía a Carmena, y aunque no fuera ésa la intención de los "críticos",  sí podía ser la consecuencia: la más mínima fractura en el grupo que sostiene la Alcaldía sería vista y presentada de puertas para afuera como una deslegitimación de quien, no se olvide, tuvo menos votos y ediles que el PP.

A eso obedece el parón y el extraño silencio repentino de Sara Hernández. Todos saben que si Sánchez llega a La Moncloa, la erradicación de los restos de la "resistencia", que no sólo encarnan Tomás Gómez y Carmona; será total. Pero también que, si no gana, la venganza será cruel, correrá la sangre y además se escenificará sin recato público.

Y muy pronto. Hay quien dice que Susana Díaz ya tiene billetes del AVE para venir a Madrid la noche del 20D. Es una posibilidad. Pero lo que sí es seguro es que entre febrero y marzo el PSOE madrileño librará su guerra: hay Congreso Extraordinario previo al cónclave nacional y ahí mismo, la vendetta se hará pública. O el entierro definitivo de quienes fueron echados y ahora quieren echar a los que están. ¿Tal vez para poner a Carmona como nuevo secretario general? Es una hipótesis osada, pero en ningún caso una locura.