| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Rajoy y Sáenz de Santamaría observan el resultado de la votación final de los PGE.
Rajoy y Sáenz de Santamaría observan el resultado de la votación final de los PGE.

Irene Montero reza para no toparse con Soraya y salir KO del debate de la moción

Tras la aprobación de los Presupuestos este miércoles, ahora toca pensar en la próxima gran cita parlamentaria. Por el PP el peso recaerá en Rafael Hernando, pero habrá sorpresas.

| Javier Ruiz de Vergara España

Una vez que el Congreso de los Diputados ha dado este miércoles su visto bueno a los Presupuestos Generales del Estado, el Gobierno se ha garantizado la estabilidad parlamentaria hasta al menos el próximo año. Mariano Rajoy ha podido al fin exhibir una nueva mayoría de centroderecha: la que suman PP, Ciudadanos, PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias.

A partir de este momento, toca pensar en la próxima gran cita parlamentaria en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo: la moción de censura de Podemos que se debatirá el 13 de junio.

Y mientras el PP saborea la aprobación de la cuentas públicas y el PSOE reorganiza la dirección de su Grupo Parlamentario tras la victoria de Pedro Sánchez, en el partido morado se ha instalado una sensación de "preocupación" que deriva en "pánico escénico" según se acerca la fecha de la iniciativa-estrella de Pablo Iglesias.

Y es que el líder de Podemos había diseñado su estrategia dando por hecha la victoria de Susana Díaz en las primarias del 21-M  y pretendía aprovechar tan mediático pleno para emerger como único referente de la izquierda.

En Podemos se ha instalado el pánico ante un posible cara a cara entre Montero y Soraya en el debate más mediático del año

Pero según se acerca la fecha del debate, en Podemos cunde el miedo. Sobre todo, y vistos los antecedentes, en su portavoz parlamentaria, Irene Montero, objeto sesión de control tras sesión de control de una paliza semanal a manos de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.

El problema para Iglesias y el reducido entorno con el que prepara su intervención es que no sabe quién será su interlocutor en la tribuna del Hemiciclo. Y que el formato de la moción permite intervenir cuando considere oportuno a cualquier miembro del Gobierno.

Este mismo miércoles, Iglesias se reunió con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, para preparar el formato del debate. Podemos ya ha decidido su plan. Montero será la encargada de presentar la iniciativa al inicio del debate y de exponer los argumentos que han motivado a 35 diputados de su grupo a registrar la censura al Gobierno. Tras ella, llegará el turno de Iglesias, quien se ocupará de exponer el programa de gobierno alternativo.

Además de Montero e Iglesias, también tomarán la palabra, ya durante el turno de intervención de los grupos, los portavoces de los socios de Podemos: el líder de IU, Alberto Garzón; el de En Comú Podem, Xavier Domènech; y el portavoz de En Marea, Antón Gómez-Reino.

Por su parte, el Gobierno y el PP no han tomado aún una decisión al respecto, cuentan fuentes de ambos a ESdiario. Incluso advierten de que no está ni mucho menos descartado que en algún momento suba a la tribuna el propio Rajoy.

Moncloa no descarta que Rajoy acabe interviniendo en el debate. Incluso maneja otro golpe de efecto para desarbolar a Iglesias

No obstante, el Grupo Parlamentario popular trabaja ya suministrando fichas temáticas para su portavoz, Rafael Hernando. Y también se da por seguro que en algún momento del debate intervenga Sáenz de Santamaría, en su condición añadida de coordinadora del Gobierno como presidenta de la determinante Comisión de Subsecretarios.

Pero además, evocando el antecedente del debate de la moción que en 1987 presentó el entonces líder de Alianza Popular, Antonio Hernández Mancha, contra Felipe González, no se descarta que puedan intervenir uno o los ministros que el presidente decida. Y en el momento que decida.

Iglesias quiso sorprender al resto de los grupos con una iniciativa no consensuada con nadie y ahora se encuentra al borde del precipicio. Y entre los diputados que lidera la novata Irene Montero se ha instalado, según se acerca el 13-J, una sensación de creciente vértigo.