Teresa Campos provoca el enfado colectivo tras su paso por Supervivientes

Había gran expectación. María Teresa Campos iba a intervenir en directo en el debate de Supervivientes para hablar, por primera vez, con su novio Edmundo. Todos querían saber lo que la presentadora tenía que comunicar al concursante menos televisivo de la edición actual del concurso. ¿Le explicaría que había sufrido una isquemia cerebral que podría haber tenido graves consecuencias para ella?

Sin embargo, la comunicación entre ambos no llegó. Teresa intervino como estaba previsto y volvió a hacer referencia a su salud. Su entrada fue triunfal. El plató se vino abajo ante los aplausos del público: "Me ha llegado el cariño durante muchos días. Esta semana me he llevado una sorpresa gigante porque lo que me produjo el ictus. Hemos preguntado por el tiempo que tardamos en llegar y nos dijeron que si hubiéramos llegado una hora más tarde no sé si yo estaría en disposición de estar hablando. Me afectó a la comunicación entre un ojo y otro, no podía ver con los dos ojos. Y esto me dijeron que a cada enfermo le duraba un tiempo, pero que si no se me quitaba, me intervendrían. Pero el jueves vi normal".

Sobre el concurso de su novio no dudó en asegurar que lo está viendo "muy tranquilo, como es él" y, aunque en un principio "me enfadé mucho con que fuera concurso porque no le veía ahí, menos el salto del helicóptero lo he visto todo". Antes de finalizar su intervención, Campos se dirigió a sus simpatizantes y les invitó a enviar un mensaje de texto para salvar de la expulsión. Tanta efusividad provocó una riada de comentarios en contra en Twitter. No solo porque el público se quedó esperando la charla entre Teresa y Edmundo sino porque consideran que el humorista ha tenido más beneficios que el resto de los participantes. Suerte que, como ella misma confesó, "mis hijas no me dejan tener redes sociales porque me conocen y saben que en un momento me tiraría a escribir cosas al teléfono". ¿Quién tiene razón?