El PP tiene cerrada una estrategia para evitar la humillación de Mariano Rajoy

El PP da por descontado que la investidura de Mariano Rajoy será una investidura fallida. Salvo sorpresa nunca vista, el hoy candidato a La Moncloa dejará de serlo el próximo día 3, cuando , tras el recuento de apoyos, las cuentas no salgan. Esta circunstancia no es una circunstancia ni pequeña ni fácil y así lo reconocen dirigentes del PP que saben de antemano que va a ser un “trago” constatar como "Rajoy va a ser percibido y tratado por muchos como un derrotado, como un perdedor. Él sabe perfectamente a lo que va y lo asume y a muchos, incluso desde el punto de vista afectivo, nos resulta doloroso, pero la política tiene estas cosas”.

Están seguros muchos dirigentes que “nuestros adversarios van a magnificar el resultado y lo que es una investidura la van a convertir en una moción de censura a Rajoy, tratándole de inhabilitarle políticamente”. Estos mismos dirigentes se apresuran a señalar que “puede perder una investidura pero aquellos que buscan su humillación, no lo van a conseguir. Humilla quien puede y a quien se deja humillar y Rajoy no es de esos y hace bien. El siempre sale de estas”, añaden.

En el momento presente, en Génova no se tiene cerrada una estrategia que vaya más allá de la defensa a ultranza de la figura de Mariano Rajoy. “Será ilustrativo ver las reacciones ajenas que intentaran ser demoledoras para Rajoy. No hay que engañarse, aquí lo que se quiere, sobre todo por parte del PSOE, es que Rajoy muerda el polvo, que el PP se desanime y nada de eso va a ocurrir. Rajoy va a cumplir con su compromiso y el PP no es un recién nacido. A nosotros no nos va a subir la fiebre por un catarro”.

Lo que en estos momentos es una incógnita es si, una vez fallida la primera, Rajoy se presentaría a una segunda investidura. “Cuando lleguemos a la orilla pensaremos como cruzar el río”, indican desde Génova. Entre los dirigentes populares, una vez más, se considera prioritario el análisis que de la situación haga en su momento Mariano Rajoy. Pese a la prudencia manifiesta, no son pocos los que consideran que el hoy candidato no debería acudir a una nueva investidura “salvo que hubiera garantías previas no solo de ganar esa investidura sino un mínimo compromiso de que el posible gobierno pudiera gobernar al menos durante un tiempo razonable”.

Sánchez quiere que Rajoy muerda el polvo, que se desanime y nada de eso va a ocurrir. Rajoy va a cumplir con su compromiso y el PP no es un recién nacido. A nosotros no nos va a subir la fiebre por un catarro

Este escenario que sería el único que podría evitar nuevas elecciones salvo que Pedro Sánchez “cogiera las riendas e intentara una alternativa”, en el propio PP, en el momento presente, lo ven poco probable. “El empecinamiento de Sánchez es de tal calibre que cuesta imaginar un giro en su discurso y lo que si puede ir teniendo claro es que el PP no le va a entregar la cabeza de Rajoy. No sabemos cuál será el diagnóstico que hará el Presidente y es difícil aventurar como va a digerir la situación. Lo que si es seguro es que no va a perder los papeles, que su actitud, pase lo que pase, va a ser una actitud inteligente pero si lo que se busca es cobrarse la pieza en la cabeza de Rajoy, el partido no apoyará semejante pretensión. Cosa distinta es lo que el propio Rajoy decida y lo que él decida se dará por bueno”.

Dadas las circunstancias, algunos dirigentes que en su momento no compartieron del todo la decisión de Rajoy de no acudir a la investidura tras el 20D, aseguran que “ahora se entiende perfectamente que no lo hiciera”. En todo caso y tras las elecciones del 26J, en el PP no se albergaba duda alguna de que en esta ocasión había que ir a la investidura “si o si”, de ahí que el PP se haya avenido a negociar con Ciudadanos y Rajoy haya aceptado ir a la investidura. “Siempre es mejor ir con 170 que con 137. El resultado puede ser el mismo, pero la posición de partida es bien distinta. Lo que si sabemos todos es que Rajoy no se engaña. Sabe perfectamente de que va todo esto”.

En Génova el ánimo es de preocupación. “La situación es realmente endiablada porque a priori no hay salida buena . Aún en el supuesto de que en una segunda investidura se lograran los apoyos suficientes, es obvio que el gobierno que se pudiera formar, desde el minuto uno iba a estar solo frente a todos los demás porque en el mejor de los supuestos los apoyos serian para la investidura y justo”. En cualquier caso, estos mismos medios indican que unas nuevas elecciones “es el único escenario que no nos queremos ni imaginar”.