| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Cospedal ha cambiado el paso a Defensa en cuestión de semanas.
Cospedal ha cambiado el paso a Defensa en cuestión de semanas.

El malestar de Cospedal con Trillo y el papel que jugó Carlos Herrera

Si alguien pensó que en su inicio como ministra iba a necesitar margen de adaptación y formación, ya ha demostrado que no es así. “Viene aprendida de casa”, dicen. Y le sobra determinación.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

Llegó hace apenas dos meses, en forma de incorporación estrella del Gobierno, y ha dejado claro que su gestión en Defensa irá acompañada de total dedicación. Si alguien pensó que su inicio como ministra iba a ser con pies de plomo, que iba a necesitar margen de adaptación y formación, María Dolores de Cospedal ya ha demostrado que no es así. “Viene aprendida de casa”, señala uno de sus colaboradores. Apenas tomó posesión quiso dar un espaldarazo a la lucha de la Unión Europea contra el tráfico de seres humanos y desembarcó en la base italiana de Sigonella para visitar la fragata española Navarra, que participa en esa misión.

El viaje fue la muestra del compromiso de Cospedal con su cargo, al igual que su visita a las tropas destinadas a Irak dentro de la misión internacional contra el DAESH. Antes de que acabara 2016, dejó otras imágenes con “recorrido” junto al contingente desplegado en Mali, dedicado al entrenamiento del ejército de ese país para combatir el terrorismo yihadista. Todo un despliegue de cercanía de la titular de Defensa, que ha dedicado todas las horas a empaparse de sus nuevas responsabilidades. Sobre su mesa se han acumulado informes sobre la estructura ministerial, misiones, acuerdos, convenios, el uso de las bases, etcétera. Su carácter obstinado y su bien ganada fama de trabajadora tenaz han revivido sus años de dura oposición a la abogacía del Estado. 

La nueva ministra de Defensa ha tomado decisiones valientes en las últimas semanas

Ya ha manifestado su intención de trabajar por un gran pacto de Estado para dotar de recursos a los Ejércitos con independencia de los cambios de Gobierno o de la situación económica. Una de las más firmes reglas no escritas de las Fuerzas Armadas con la llegada de un nuevo ministro pasa por proceder a una serie de renovaciones de la cúpula militar que, en esta ocasión, pueden aplazarse. A Cospedal le ha estallado inesperadamente el polémico dictamen del Yak 42 en vísperas de su primera Pascua Militar. Lejos de ponerse de perfil, ha tomado dos decisiones valientes. Por un lado, recibir a las víctimas para arroparlas y atender sus demandas. Ha sido todo un acierto: las víctimas han salido “reconfortadas” del encuentro. Por otro, comparecer voluntariamente en el Congreso para informar sobre posibles pasos ante la opinión del Consejo de Estado.

Ni María Dolores de Cospedal ni nadie de los suyos han reprobado en público a Federico Trillo. No es su estilo. Sin embargo, en Defensa se analizó con pesar la intervención del exministro en la COPE, con Carlos Herrera. Y se vivió con “tensión contenida” el que Trillo se mostrase insensible con los familiares de los militares fallecidos en la tragedia, acusándoles primero de un comportamiento impropio cuando estuvieron años atrás en las Cortes, y relacionando luego sus protestas con el interés económico por las indemnizaciones.

El PP perdió dos elecciones después de aquellos hechos, por lo que ya ha pagado la errática gestión del terrible accidente del Yak 42. Pero Cospedal sabe que la oposición encabezada por el PSOE pretendía apuntarse a una campaña política que no desdeñaba la utilización del dolor de las víctimas. Y, precisamente por ello, además de por justicia con aquellos leales uniformados que nunca debieron perder la vida y sus familias, quiere manejarse con particular humanidad. Esa es, desde luego, su intención, porque es mucho el sufrimiento acumulado en más de una década. Y, además, la nueva ministra no desea desaprovechar la oportunidad para mostrar que el PP de hoy quiere romper con las formas lejanas o soberbias de entender el Gobierno. Por si alguien quiere tomar nota para lo que vendrá.