| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Puig y Rajoy
Puig y Rajoy

¿Enfriará Ximo Puig el “problema valenciano”?

| Vicente Climent Edición Valencia

Ya lo habrán leído u oído cien veces, pero puede que lo hagan otras tantas más durante el próximo mes. El PSPV ha anunciado la celebración de cien actos con los que sensibilizar o movilizar a la población valenciana sobre el grave problema de infrafinanciación que padecemos. Todo, de cara a la gran convocatoria con la que se pretende llamar la atención de Madrid y visibilizar el “problema valenciano” que el presidente Puig “trasladó” al presidente Rajoy en su entrevista de esta semana. Las opciones barajadas han sido varias a lo largo de estos últimos meses en cuanto a las formas y sobre todo a las fechas: primero septiembre (pero la agenda preparatoria valenciana, y los acontecimientos políticos catalanes lo desaconsejaban), y luego alrededor del 9 d'octubre (muy cerca todavía del 1-O catalán). Ahora ya hay quienes piensan en dejarlo para noviembre.

En cuanto a las formas, es la izquierda la que prefiere una manifestación, mientras que los empresarios se decantan por un manifiesto porque salir a la calle “no está en nuestros genes”. Hay pocos precedentes de lo contrario. Uno de los casos más destacados fue la concentración (que no manifestación) promovida en 1991 por la patronal alicantina COEPA que dirigía Isidro Martín contra la decisión de la compañía de bandera Iberia de no operar con esa marca en el aeropuerto de El Altet.

En el caso actual el manifiesto que los empresarios ven como alternativa y los sindicatos como complemento a la manifestación lo confeccionan las organizaciones oligopólicas de trabajadores (CC.OO. y UGT, para disgusto y protesta de Intersindical, el sindicato de referencia de Compromís) basándose en el acuerdo plenario de Les Corts por el que Rajoy tanto se enfadó con Bonig, enfado que a su vez sirvió para que el PP valenciano se descolgara de la protesta en la calle, y ello a su vez para que los empresarios se mostraran renuentes al paseo reivindicativo por no ser unitario. O vamos todos o no vamos. Pocos podrían esperar que las empresas se manifiesten sólo con la izquierda, o contra la derecha. Así las cosas la ejecutiva de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) estudiará esta semana entrante el citado manifiesto, al que previsiblemente se sumará, y el PP continuará en su tesis post-colleja-rajoyana de dialogar y negociar en vez de marchar detrás de una pancarta, tesis ya expuesta por Isabel Bonig vuelta al redil ante el mismísimo presidente del Gobierno en la Interparlamentaria de Alboraya.

Pero ¿podría estar reconsiderando Ximo Puig la fecha o el alcance de la manifestación de octubre? El presidente estaba muy interesado en que la reivindicación -que no protesta airada- fuera unitaria, de todo un pueblo, cosa que ya sabemos que no sucederá. O por mejor decir, quería que no fuera un acto más del Botànic, sino algo mucho más trascendente. Pero el movimiento de Rajoy aceptando por fin su reiterada petición de entrevista, y no negándose abiertamente a nada de lo que le propuso Puig (con lo que ha permitido que éste pudiera salir de La Moncloa con la cabeza alta) puede haber dado argumentos al inquilino del Palau para intentar enfriar una convocatoria que seguramente los suyos no puedan -otros sí- capitalizar. Además del riesgo que corre de que PP y Ciudadanos sigan estableciendo paralelismos entre Puig y Puigdemont si los calendarios políticos de ambos siguen solapándose. A lo mejor con los cien actos previos previstos por el PSPV basta de momento para ganar tiempo hasta noviembre, el primer mes que proponen los empresarios, visto cómo van transcurriendo los acontecimientos. Saldremos de dudas de inmediato. Si Puig insiste mucho en poner en valor los “frutos” de su entrevista con Rajoy durante el inminente Debate de Política General es que probablemente ha decidido intentar (otra cosa es que lo consiga) enfriar por un tiempo el problema valenciano.