El líder del PSC, uno de los baluartes del pedrismo, ha comprobado este miércoles como se las gasta la presidenta andaluza. Todo bajo el principio de que "Roma no paga a traidores".
Miquel Iceta, el último bastión de poder que le quedaba al no a Rajoy de Pedro Sánchez dentro del aparato del PSOE, también ha caído rendido ante Susana Díaz, y este miércoles ha elegido la presentación de un libro sobre la trayectoria política del presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, para escenificar frente a la opinión pública y a la presidenta andaluza un acercamiento.
Díaz ha acudido a Madrid para arropar a Fernández Vara, uno de los barones que más insistió e influyó en el adiós de Sánchez, y como si de un efecto dominó se tratase ella ha arrastrado hasta la sede del Consejo General de Médicos (donde se ha celebrado la presentación, frente al Congreso) a los dirigentes a los que les va a tocar reconstruir lo que queda del PSOE: allí estaban Eduardo Madina, Patxi López y Antonio Hernando, junto a otros veteranos que parece que están dispuestos a arrimar el hombro, como José Bono y Alfredo Pérez Rubalcaba.
Todo han sido sonrisas entre unos y otros, salvo con Iceta, que ha llegado el último y al que se ha recibido en general con semblante más serio. Sin embargo él se ha esforzado por ir uno a uno, y con Díaz ha intercambiado un par de frases con gesto circunspecto.
Díaz, que no ha hablado ante el auditorio, y se ha limitado a observar el acto sentada en primera fila junto a Fernández Vara y su familia, sí que ha tenido un aparte en una sala privada minutos antes con el presidente extremeño.