Patricia Montesdeoca desvela las graves amenazas de Ruiz Mateos

Los sollozos que se escuchan al otro lado del teléfono evidencian que Adela Montesdeoca vive uno de los momentos más importantes de su vida. El magistrado del Juzgado numero 1 de Primera Instancia de Pozuelo de Alarcón ha aceptado, tras una larga y angustiosa espera, la exhumación del cadáver de José María Ruiz Mateos para que se le practique una prueba de ADN que demostraría que el empresario es el padre biológico de la mexicana. La misma nació tras un intenso romance con Patricia Montesdeoca del que siempre ha renegado. Un éxito de la abogada Teresa Bueyes que, con un golpe jurídico más que certero, ha conseguido lo que parecía una carambola imposible y que, en efecto, ha devuelto la esperanza a madre e hija. 

Las advertencias del empresario provocaron que Patricia tuviera que fingir y mentir a quienes le preguntaban

Es Patricia la que atiende en exclusiva a este periódico. Su voz suena fuerte. Está convencida de que en su destino estaba marcada esta resolución tardía: "La verdad es que tenía claro que iba a suceder aunque hubiera deseado un final diferente. Ha sido muy duro y muy doloroso, creo que se podría haber resuelto de una forma mucho más rápido y sin necesidad de interrumpir su descanso", explica. No duda en reconocer que, a pesar del sufrimiento, siempre deseó llegar a un punto de entendimiento con el que, considera, es el padre de su hija.

Su generosidad es evidente cuando repasa, con bastante emoción, los momentos más felices de su relación: "Al principio todo parecía perfecto, yo desconocía que tuviera otra vida, y eso hizo que estuviéramos muy unidos. Las cosas fueron cambiando progresivamente, hasta que todo se truncó". Patricia es capaz de fechar el día en el que su horizonte se tornó oscuro: "Le dije que había que regularizar la situación. Él me dijo que si yo luchaba para legalizar su paternidad, me quitaría a mi hija. Me amenazó con lo peor que se puede amenazar a una madre. Fue muy duro".

Patricia decidió hacer caso a las advertencias del empresario. Calló. Maquilló la realidad y mintió ante la llamada de cuantos periodistas, amigos y conocidos se interesaban por su historia: "Tuve que engañar a todas las personas que me llamaban porque lo único que no quería era que me separaran de mi hija, que me la quitara. Tuve muchísimo miedo", relata a ESdiario con evidente nerviosismo. Su hija Adela escucha con sigilo las confesiones de su madre. La escucho balbucear al tiempo en que Patricia le reitera cariñosamente que "todo está bien". Es el mensaje que les ha transmitido su abogada y por el que siguen creyendo en la justicia: "Todo acabará demostrándose, no tenemos ninguna duda".