| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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En el centro, el anterior portavoz. A la izquierda, su sustituta.
En el centro, el anterior portavoz. A la izquierda, su sustituta.

Reina el caos en Valencia en Comú tras la dimisión de su portavoz

Sigue la guerra en la marca valenciana de Podemos, que gobierna en el Ayuntamiento junto con Compromís y el PSOE. La marcha de Jorge Peris ha hecho que las cosas vayan de mal en peor.

La concejal María Oliver, actualmente portavoz de Valencia en Comú en el Ayuntamiento de Valencia, se enfrenta a una situación muy delicada en sus concejalías. De las cinco áreas que gestiona, en tres de ellas han habido cambios significativos.

Una situación que viene a confirmar la reputación de mala gestora que algunos compañeros rivales de la formación morada le atribuyen. De hecho, son muchos los que ponen sobre ella el dedo acusador como causante de la dimisión del anterior portavoz, Jordi Peris. Los grupos de la oposición no han dudado en criticar la escasa efectividad del entramado de concejalías que están bajo su dirección.

Así pues, a Oliver se le acumulan los problemas por todos los frentes. A tal extremo que hoy en día están vacantes las jefaturas de servicio de Juventud y Vivienda, en Patrimonio ha habido cambio de Jefatura por dimisión y Deportes –no depende de Valencia en Comú, sino del PSOE- es la única concejalía que mantiene al responsable, María Teresa Girau Melià. 

En la jefatura de Vivienda estaba situada al frente Teresa Hernández Briones, hasta que dimitió a principios de este año para trasladarse a la Junta Municipal del Marítim. Desde ese momento el puesto está vacante.

En Patrimonio se ha producido también una dimisión, la  de la directora municipal de Patrimonio Carmen Saorí, que se ha trasladado a la Jefatura de Contratación de forma voluntaria. Su puesto lo ocupa actualmente Rafael Picó.

Mucho más complejo es el caso del que fue máximo responsable de la concejalía de Juventud hasta hace un mes. Fue cesado fulminantemente por el alcalde Joan Ribó, al conocerse la apertura de expedientes administrativos en el Ayuntamiento de Burjassot relativos a duplicidad de facturas e irregularidades contables, que le valió una suspensión de empleo y sueldo durante tres años. Aun así, Oliver no dudó en llevárselo al Ayuntamiento de Valencia.

En el consistorio valenciano, a Antonio Collado no le valió ser su compañero de partido para conservar su puesto de trabajo. Era tal el escándalo que el propio alcalde tomó cartas en el asunto, despidiéndole fulminantemente ocho meses después de su llegada al Ayuntamiento, lo que supuso una desautorización en toda regla hacia Oliver. En la actualidad según consta en el Registro Mercantil, Collado participa de cinco empresas cuyo objeto social son el deporte, la cultura y la solidaridad.

De momento se desconoce si la concejal Oliver verá recortado su poder y en qué medida se verán afectadas sus áreas de gestión. La salida de Peris provocará, con toda seguridad, una reestructuración de todo el equipo de gobierno municipal. El propio Ribó ya lo ha advertido.