| 19 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Los partidos "constitucionalistas" o se entienden o triunfa el radical populismo aliado con el separatismo.
Los partidos "constitucionalistas" o se entienden o triunfa el radical populismo aliado con el separatismo.

PP, PSOE y C´s no se hablan y facilitan el plan de Iglesias: cuanto peor, mejor

O mucho cambian las actitudes de los tres partidos “constitucionalistas”, o el populismo seguirá engordando a fuerza de sumar indignados con la estéril política frentista tradicional.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

Leer los estupendos augurios que hacen algunos sobre la legislatura que se abre me suena a juego floral: vamos a reformar la Constitución para adaptarla al siglo XXI por el que transitamos; la Administración, sea ésta central, autonómica o local, será más barata y dirigida sólo al eficiente servicio a los ciudadanos; el sistema educativo dejará de expulsar a uno de cada cuatro alumnos antes de que terminen sus estudios; nuestro mayor enemigo público, el paro, simplemente será un negro nubarrón de nuestra historia reciente... Hasta el asunto Cataluña lo vamos a sobrellevar con sensatez. No sé cómo hemos tardado tanto tiempo en darnos cuenta de que la estabilidad política ha sido el inconveniente que por años nos ha hecho españoles en vez de suizos. 

En fin, volvamos al presente. Sin más ironías. También sin traumas. En el mejor de los casos, lo que vamos a tener por delante es un Gobierno respaldado sólo por 137 diputados (en un Congreso de 350) con una oposición enfrente fragmentada en cuatro partes: dos que buscarán debilitar cuanto puedan a la mayoría minoritaria, o sea, el PP, y otras dos –podemitas y separatistas- remando para decir adiós a la España que conocemos. ¿Que simplifico las cosas? Seguramente. Aunque cuente con la experiencia de los últimos años en nuestro país, donde políticamente lo más destacable ha sido (y es) la lucha partidista insensata que ha abierto el camino al populismo y al independentismo. Más de doscientos días sin Gobierno es la prueba fehaciente de esto que escribo. 

¿Serán capaces de ver esas fuerzas “constitucionalistas” las orejas al lobo? ¿O debo decir, mejor, la coleta a Pablo Iglesias en confluencia con otros heterodoxos y antisistema unidos bajo el revolucionario grito de “Cuanto peor, mejor”?

¿Puede salir algo positivo de esta inestabilidad? Pues permítanme ser pesimista, por más que desearía equivocarme y tener incluso que pedir disculpas. O mucho cambian las actitudes de los tres partidos -llamémosles para entendernos- “constitucionalistas”, PP, PSOE y C’s, o el populismo –y los que juegan al río revuelto ganancia de pescadores- seguirá engordando a fuerza de sumar a los indignados con la estéril política tradicional de embestirse unos contra otros sin comprender que hay asuntos que no pueden revestirse de colores políticos. Porque son transversales. Vamos a ver, ¿tan difícil es entender en política que en una familia puede haber azules, rojos y naranjas, pero a la hora de la verdad a todos ellos les envuelve un mismo apellido?

¿Serán capaces de ver esas fuerzas “constitucionalistas” las orejas al lobo? ¿O debo decir, mejor, la coleta a Pablo Iglesias en confluencia con otros heterodoxos y antisistema unidos bajo el revolucionario grito de “Cuanto peor, mejor”? 

Vean lo rápido que aquellos que venían a “asaltar el cielo” para arrebatar el fuego a Prometeo para entregárselo a los mortales, han preferido empezar por algo mucho más tangible: asaltar el suelo. Llámese edificio España, cocheras de Ríos Rosas, operación Chamartín o Vicente Calderón o rebaja del IBI exclusivamente a los vecinos que les han votado. No se han andado por supuesto con disimulos. Nada de disimulos. Para qué. Aunque, claro, con su manera sectaria de ver la vida lo que muy pronto consiguen es cercenar la pluralidad democrática y, naturalmente, recortar la libertad, los derechos y la felicidad y prosperidad de los ciudadanos.    

Los que venían a “asaltar el cielo” han preferido empezar por algo mucho más tangible: asaltar el suelo. Llámese edificio España, cocheras de Ríos Rosas, operación Chamartín o Vicente Calderón

Parece de sentido común que cuando alguien está interesado en tirar el tablero de juego, los que quieren seguir jugando deben esforzarse para fortalecer juntos su estabilidad.  Mientras Iglesias quiere romper el sistema, Rajoy, Sánchez y Rivera no pueden mirar cada uno hacia un lado distinto. ¿Será posible que esta entente de cordura que han puesto tantas fuerzas políticas en Europa frente al populismo (ya sea de extrema derecha o de extrema izquierda), no sean capaces de plasmarla en España populares, socialistas y naranjas?

Se trata de una batalla entre las fuerzas moderadas, democráticas, y los que buscan asaltar la centralidad desde la radicalidad periférica del sistema. Porque los españolitos de pie esto lo hemos calado rápidamente. ¿Qué creen que ha sido este 26J si no el tan comentado “voto del miedo”? Desde luego no ha sido miedo sino todo un ejercicio de sentido común. ¿De verdad piensan que los votos contra Unidos Podemos sólo han nadado hasta el puerto del PP