El último sondeo del PP que hace feliz a Rajoy y preocupa a Pedro Sánchez

En las sedes de Génova y Ferraz esperan desesperadamente nuevos sondeos. Los conocidos hasta ahora no recogen en su totalidad el desenlace de esta frustrada legislatura, y tanto en el PP como en el PSOE, y no digamos ya en Ciudadanos, se observan a sí mismos como vencedores de la gestión de los últimos cuatro meses que han desembocado en las nuevas elecciones del 26-J.

En gran parte, las encuestas definirán la estrategia de la campaña, pero a la espera de esos sondeos y sobre todo de la macroencuesta preelectoral del CIS que suele publicarse una semana antes de la campaña electoral, los partidos se agarran como un clavo ardiendo a los trackings y estudios internos que servirán para afinar el discurso y la estrategia de la precampaña.

En el PP, la última encuesta interna que además fue esbozada por el propio Mariano Rajoy en el Comité Ejecutivo nacional del pasado martes, habla de un mínimo de 130 diputados, algo que se verá incrementado en el transcurso de la precampaña y campaña electoral. De hecho, y según apuntaban fuentes de la dirección del PP, “la cifra de la que habló Rajoy es la más conservadora de las que disponemos”. Confían desde el reeditado equipo de campaña del PP que superar los 130 diputados no será demasiado difícil.

En el PSOE tampoco se resignan. Y aunque sus datos internos no son tan positivos, en ninguno de los sondeos que manejan bajan de los 90 diputados. La última encuesta interna le sitúa con 94  escaños. Es decir, están convencidos “que el resultado será sustancialmente mejor que en diciembre”. Es algo que salvaría la segunda plaza del PSOE, que es lo que verdaderamente obsesiona en Ferraz. El objetivo de los socialistas es mejorar el resultado y volver a ser decisivos para la formación de un Gobierno de progreso y de cambio.

Pero hay algo con lo que no contaban en el PSOE, y tampoco en el PP: La alianza electoral entre Podemos e IU. Las negociaciones entre estas dos formaciones están muy avanzadas y existe el total convencimiento, tanto en la formación morada como en el partido de Alberto Garzón , que si concurren juntos serán como mínimo segunda fuerza política y con posibilidad real de formar gobierno.

El acuerdo que se está ultimando entre los secretarios de organización de Podemos e IU, Pablo Echenique y Adolfo Barrena, es algo parecido a la alianza que existe entre la formación de Pablo Iglesias y Compromis. Es decir, un partido diferente que confluye en las listas para una determinada cita electoral pero con el compromiso de mantener su identidad, sus siglas y, llegado el caso, su propio grupo parlamentario.

Pero esta confluencia hará posible sumar mayor número de votos, y sobre todo escaños, sin “desperdiciar” aquellos votos de IU que finalmente no sumaban para la consecución de un escaño en una determinada circunscripción. Los llamados restos que origina la Ley D´hont y que en las elecciones del 20 de diciembre fueron a parar a PP y PSOE en algunas provincias. Por eso esta coalición también perjudicará al PP.

Desde Podemos confían además que IU actúe como una confluencia más en aquellas comunidades autónomas donde no mantiene un elevado poder territorial como en Extremadura, las dos Castillas y Andalucía. De tal manera que puedan aspirar a ser primera fuerza en Cataluña con En Comú Podem, primera fuerza en Valencia con Compromís, primera fuerza o segunda en Galicia con En Marea, y primera o segunda fuerza en el País Vasco. Y para el resto la confluencia será con IU. Las próximas encuestas que reflejen estas alianzas pondrán aún más nerviosos si cabe a los candidatos del PSOE y del PP.