| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

La automoción estimula el PIB pero no puede con la deuda

Una de las principales industrias de la economía nacional sigue impulsando su crecimiento a la cabeza de la UE durante el segundo trimestre. A pesar de ello la deuda pública está en récord.

| Motor Lobby Motor

El segundo trimestre del año ha traído buenas noticias para la economía española. Y es que, según datos de Eurostat, España ha sido la segunda economía de la Eurozona que ha sufrido un mayor crecimiento entre los meses de abril y de junio, con un aumento del Producto Interior Bruto del 0,7%. Una cifra que solo ha logrado superar Eslovaquia, con un crecimiento durante dicho trimestre del 0,9%, y que fue igualada por Chipre. En este escenario, el sector de la automoción es clave, ya que es uno de los grandes motores de la economía española y genera el 10% del PIB. España es el segundo fabricante de coches de Europa sólo por detrás de Alemania, y noveno del mundo, además del primero de Europa en vehículos industriales.

Pese a las décimas de bajada en el crecimiento respecto al primer trimestre del año, España sigue siendo la potencia de la Eurozona que mejores resultados macroeconómicos ha cosechado durante este año, ya que ni Alemania (con un crecimiento del 0,3%) ni, ni mucho menos, Francia o Italia (que han saldado su tasa de crecimiento con un resultado neutro del 0%) han igualado estas cifras. Fuera de la eurozona, cabe destacar el aumento en el PIB que se ha registrado en varios países del este como Rumanía, Hungría o Polonia, el estancamiento total de la economía austríaca y el leve crecimiento que se produjo en dos de los países periféricos, rescatados y casi que marginados de la Unión Europea: Portugal y Grecia (con tasa de crecimiento del 0,2% y el 0,3%, respectivamente). Además, la sorpresa la dio Gran Bretaña, que aún no ha notado los perniciosos efectos que supuestamente provocarán los resultados del 'Brexit', y que vio como su economía crecía un 0,4%.

En parte gracias al crecimiento del Producto Interior Bruto español, la economía europea ha conseguido cerrar el trimestre con una hoja de resultados macroeconómicos bastante decente que, sin embargo, no se revirtió en las bolsas de toda Europa, que siguieron manteniendo una tendencia al estancamiento o a la prudencia. Dicho estancamiento no solo se está produciendo en las plazas bursátiles, sino que también se ha dejado ver en el mercado de divisas, donde incluso la libra esterlina ha recuperado cierto fuelle frente al dólar y la moneda única europea.

Dicho estancamiento se dejó notar también, de forma particular, en la plaza madrileña del IBEX 35, que el pasado 16 de agosto cerraba con una ligera caída del 0,7%. Más o menos en la misma línea que el resto de plazas europeas. Por si todo ello fuera poco para dejar clara la importancia de la industria automovilística en nuestro país, no se puede perder de vista que el sector del automóvil da empleo directo a 300.000 personas indirecto a 2.000.000 y es la principal industria exportadora de España, con el 17% del total, y en ese sentido la bolsa respalda su relevancia. 

Una de malas noticias 

Pero si bien los datos de crecimiento durante el segundo trimestre del año supusieron un espaldarazo para la economía española, lo cierto es que desde otro frente económico llegaron también las malas noticias. Según datos del Ministerio de Economía publicados el pasado 17 de agosto, la deuda pública española subió en junio 18.549 millones de euros, para un total de 1.107 billones, en lo que supone la mayor cantidad histórica en términos absolutos.

A día de hoy, la deuda pública española supone un 100,9% del PIB, el nivel más alto en porcentaje desde el año 1909 y que supera, incluso, a la del pasado mes de mayo. De hecho, pese a los buenos resultados en cuanto al crecimiento económico en comparación con el resto del continente, lo cierto es que España sigue a la cola de la Unión Europea en cuanto al tamaño de la deuda pública: según el Eurostat, solo cinco países (Grecia, Italia, Portugal, Chipre y Bélgica) cuentan con una deuda mayor que la española.