La "vieja guardia" de "El País", escocida con las prácticas de Javier Ayuso

La labor profesional de Javier Ayuso en El País desata pasiones. Prudentes, eso sí, porque tras el ERE de 2012 son pocos los que se atreven a levantar la voz en su redacción. No obstante, y pese a que los despidos sirvieron para reclutar una plantilla menos combativa a nivel interno, hay quienes observan con cierta preocupación la deriva
de Ayuso.

Una de las quejas a nivel interno hace referencia, por ejemplo, a que su enfrentamiento con la cúpula policial está generando tensiones con algunas fuentes. En concreto, la vinculación de Ayuso con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) es uno de los cuchicheos de redacción más socorridos en El País.

El exdirector de Comunicación de la Casa Real ha quedado marcado como un hombre al servicio de los intereses del organismo de inteligencia español en su desempeño profesional. Lo que desde luego al menos preocupa por las repercusiones que tiene transmitir  esa imagen.

Porque, según afirman sus críticos, se están quemando puentes establecidos por El País con sectores policiales que preferirían que ciertas cuestiones se hubieran tratado de otra forma.

No faltan quienes recuerdan que el periódico estableció buenos contactos con altos mandos de la Policía durante la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba como ministro de Interior. El mismo Rubalcaba que a día de hoy figura como miembro del Comité Editorial de El País.

Por otra parte, Ayuso ha sabido hacerse un hueco tratando desde la más pura ortodoxia prisaica impuesta por Juan Luis Cebrián una de las cuestiones que preocupan al presidente de Prisa: Podemos. En ambos casos Ayuso ha sabido mantenerse en la línea crítica a la formación morada.

Y eso que en ocasiones Ayuso ha tenido que moverse en el filo de la navaja. Conociendo la inquina de Cebrián por Jaume Roures, algunos se echaron las manos a la cabeza cuando tuvieron constancia de la presencia del periodista de El País en la presentación del documental sobre las "cloacas del Estado".

Allí estuvo Ayuso, según informó Público, compartiendo sala en un acto organizado por el archienemigo de Cebrián, que da cobertura mediática a las acciones de Podemos, algunos de cuyos líderes e inspiradores aplaudieron a rabiar.

Además, la desconfianza hacia Ayuso se basa en otras cuestiones "más mundanas", como su actitud, en calidad de director de Comunicación de BBVA, respecto a los negocios de Iñaki Urdangarín y Nóos. Y es que como responsable de la comunicación corporativa de BBVA fue quien encargó un informe al Instituto Nóos sobre la estrategia de patrocinios de la entidad por valor de más de 100.000 euros, según El Mundo.

No es extraño que algunos en El País miren con prudencia no exenta de cierta inquietud a su adjunto al director. Veremos dónde termina esa deriva.