Sánchez pone al PSOE al borde de la fractura con una declaración de guerra

Como un boxeador sonado, el líder del PSOE no altera un ápice sus intenciones. Sánchez quiere liderar una alternativa a Mariano Rajoy pese a la fuerte contestación interna que esta posibilidad provoca y pese al batacazo sufrido por los socialistas en las elecciones vascas y gallegas de este domingo. Tras más de cinco horas de reunión de la comisión permanente -en la que Sánchez pudo comprobar la fuerte contestación interna procedente de la delegación andaluza-, Sánchez compareció ante los periodistas para ratificar la hoja de ruta que previamente se había filtrado.

Sin asomo de autocrítica en su exposición inicial por los resultados del 25-S, Sánchez adelantó su intención de llevar a Comité Federal del sábado su propuesta de primarias para el 23 de octubre -a las que va a presentarse- y la celebración del 39 Congreso Federal los días 2, 3 y 4 de diciembre. Y todo con el argumento medular que dejó en su intervención de este lunes: "El PSOE merece tener una sola voz y no como ha ocurrido hasta ahora", enfatizó.

Y es que  Sánchez reconoce que entre sus filas hay "significativos dirigentes" que abogan por que el PSOE deje gobernar a Mariano Rajoy con su abstención.

El líder invitó a sus críticos a dar "un paso adelante" y defendió un PSOE "de izquierdas". Por ello, reiteró su intención de explorar un gobierno alternativo al PP con Podemos, los nacionalistas e independentistas. "Jamás el no a Rajoy tiene tanto sentido", señaló.  Y, enfatizó: "quiero poner nuestros 85 diputados al servicio del cambio".

Sánchez -como adelantó ESdiario este viernes- se aferra de esta forma a la militancia para declarar la guerra abierta a los barones, obligados ahora a improvisar una salida de aquí al próximo sábado. El líder socialista, preguntado en varias ocasiones, se negó a confirmar si dimitirá si el sábado el Comité Federal rechaza su hoja de ruta. Y es que dijo confiar en que los críticos no cerrarán la puerta al debate.