| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Manuela Carmena y Pablo Iglesias, en un acto del pasado aniversario del 11M
Manuela Carmena y Pablo Iglesias, en un acto del pasado aniversario del 11M

Las falacias de Podemos con dos imputados

Podemos miente cuando dice que sus concejales han sido imputados por luchar contra la corrupción. Y se retrata en toda España como un partido hipócrita: una mancha difícil ya de borrar.

| ESD Opinión

 

 

La imputación de un político no debería comportar, necesariamente, su inmediata dimisión, pero ésa es la exigencia que ellos mismos han planteado cada vez que uno de sus rivales se encontraba en ese momento judicial, generando en la opinión pública -con la inestimable ayuda de los medios de comunicación- la falsa idea de que ser llamado al juzgado equivale a ser culpable seguro de cualquier delito.

La protección de sus dos imputados es penosa; pero mucho más que lo haga con mentiras sobre los delitos señalados por el juez

La pena de Telediario, ese linchamiento público tan soez que adelanta la condena y la convierte en un espectáculo más cercano a la venganza que a la justicia, es un fenómeno muy inquietante que entre todos deberíamos moderar: un Estado de Derecho se caracteriza tanto por la persecución de los abusos cuanto por la preservación de las garantías procesales, y resulta tan indecente la impunidad como el populismo a la hora de juzgar a cualquier persona, incluyendo a los cargos públicos.

Pero dicho lo cual, si alguien no tiene derecho a esperar esa indulgencia es, precisamente, quien más ha hecho por esparcir la falaz idea de que la única justicia decente es la 'justicia del pueblo' y que ésta consiste, básicamente, en subir al cadalso a cualquier político y al conjunto de su formación en cuanto resulta imputado.

El cinismo de Podemos

Que Podemos y sus marcas blancas, entre ellas Ahora Madrid, pretendan esquivar su discurso habitual y su Código Ético para no aplicar su propia doctrina sobre dimisiones a los casos de Carlos Sánchez Mato y Celia Mayer, los dos concejales imputados en el Gobierno de Manuela Carmena, es sencillamente intolerable y demostrativo del cinismo de un partido que pontifica medidas que luego ignora cuando los afectados son suyos.

 

"El magistrado no les imputa por 'luchar contra la corrupción', sino por malversar dinero público en intentar prefabricar un escándalo inexistente"

 

Pero si eso es lamentable, mucho más lo es que lo haga con mentiras burdas destinadas a engañar a la ciudadanía. El juez no les ha imputado, como han dicho todos los dirigentes de Podemos desde Pablo Iglesias hasta Íñigo Errejón o Irene Montero, "por luchar contra la corrupción del PP", tarea ésta a la que se dedican tribunales serios y no Inquisiciones paralelas de ningún tipo.

Falacias y mentiras

La realidad es que el magistrado les imputa por hasta tres delitos consistentes, en resumen, en utilizar dinero público de todos los madrileños para intentar prefabricar un escándalo inexistente, a costa del prestigioso torneo de tenis de la Mutua, a sabiendas de que los técnicos y funcionarios del propio Ayuntamiento de Madrid ya habían visado y certificado la legalidad de todo el proceso de contratación.

Además de todo, han insultado con gravedad a los empleados municipales que visaron el proceso legal

Esto es, Sánchez Mato y Meyer, sin el conocimiento de la propia alcaldesa (que ciertamente intentó rectificar a sus ediles pero será responsable de todo si nos les destituye), habían intentado inventar un caso de corrupción inexistente, gastando miles de euros en una pseudoacusación que contradijera la versión oficial e independiente elaborada por profesionales públicos a los que, antes y ahora, se insulta gravemente al despreciar su trabajo con tal de montar una causa general contra el PP.

Una mancha de Podemos para toda España

Ni Mato ni Mayer están a punto de sentarse en el banquillo por combatir la corrupción, pues; sino por tratar de inventársela con recursos públicos y al margen de los propios servicios municipales. Diga lo que diga el juez, estos hechos son gravísimos en sí mismos para el Gobierno municipal de Madrid, pero también para el conjunto de Podemos: porque demuestran hasta dónde están dispuestos a llegar con tal de derribar a un adversario y qué poco respeto le tienen a la separación de poderes y a los propios funcionarios públicos.

Sin remedio

Es comprensible la satisfacción del PP, que en adelante tendrá un argumento bien sólido para responder a Podemos en cualquier ámbito nacional, autonómico o local; pero resulta inquietante constatar de una manera tan palmaria la falta de escrúpulos de supuestos regeneradores de la vida pública, capaces de hacer montajes tan deleznables primero y, cuando son sorprendidos, mentir con tanto descaro a quienes simplemente esperarían que ellos fueran los primeros en aplicarse el elevado listón de exigencia que ponen al resto.

Ni dimitiendo ya la pareja de concejales esa mancha tiene remedio, salvo tal vez para la alcaldesa si en un rapto de dignidad se separa de Iglesias y de Podemos ocurra lo que ocurra luego. Y afecta ya al conjunto del partido. Por muchas falacias que suelten para escurrir un bulto demasiado aparatoso.