| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El violador del ascensor, al salir de la cárcel en 2013
El violador del ascensor, al salir de la cárcel en 2013

¿Repetirá sus delitos el violador del ascensor?

En pleno debate sobre la extensión de condenas o la prisión permanente, el caso del violador suscita otra pregunta. ¿Por qué reincide? La psicóloga de El Semanal Digital da las claves.

| Pilar Enjamio Opinión

Si partimos de la base de que la violación  no es un problema sexual sino mental cuyo origen son complejos y traumas pasados, por supuesto su comportamiento patológico será repetitivo. 

El violador es un psicópata con un objetivo único que es el poder, dominio y sometimiento de la víctima. Es un acto de sadismo sexual o parafilia con unos componentes fetichistas y de ritualización.

Los actos repetitivos demuestran una obsesión incontrolable si no es con un tratamiento que sólo puede hacerse en prisión

Personalidad narcisista, egocéntrica, agresiva, antisocial  y acaso fracaso escolar o grandes carencias afectivas en la niñez. Predominio de impulsividad, instintos sobre el razonamiento y pensamiento hacia la libertad del otro.

Él es el caudillo y los demás ejecutan sus órdenes. Es evidente que esta impulsividad no se reduce única y exclusivamente a la esfera sexual, sino a otros ámbitos de la vida, pudiendo implicase en robos o en actos violentos y perteneciendo a menudo a peñas radicales donde expulsan su agresividad. 

Vuelve a las andadas

Hay un conflicto entre ellos y el mundo, el cual es un potente enemigo. Pedro Luis Gallego, el violador del ascensor y fuera de prisión, ha vuelto a las andadas. Era factible debido a que estas conductas son repetitivas y cada violación alivia de forma pasajera ese complejo, convirtiendo un complejo de inferioridad en un complejo falso de superioridad.

 

El violador del ascensor y de la Paz sólo puede ser tratado en prisión, según la experta: fuera es un peligro seguro

 

Esto hasta la próxima víctima y la siguiente y la otra y así sucesivamente. Los actos repetitivos demuestran una obsesión irrefrenable e incontrolable si no es con un tratamiento que puede ser controlado en prisión pero jamás por esta persona individualmente. Cuatro víctimas, dos violaciones consumadas.

De caza hasta Segovia

Su táctica era cazar a las víctimas en un aparcamiento cerca de un parque amenazándolas con una pistola y obligándolas a poner un antifaz. Posteriormente las maniataba y viajaba con ellas en el maletero de su coche aproximadamente dos horas. Le localizaron en Segovia. Despues de violar a la joven la abandonaba en el mismo sitio donde la había visto.

El antifaz, además de un rasgo de fetichismo que excita al pervertido, es un signo de su personalidad . El violador es un cobarde, sí,  y si no es a la fuerza no consigue éxito. Por eso no quiere ser visto, ya no solamente por no dejar pistas.

Un peligro social

No suelen matar a no ser que sean vistos e intenten con ello que su identidad siga oculta. Las pulseras de identificación no sirven para mucho. Recordamos a una víctima se hizo la muerta y salvó su vida. Ahora ,que ya no está el agresor en la cárcel, vuelve a abrirse la cicatriz y renace el síndrome post traumático. El violador del ascensor es un peligro social y de forma muy clara.

 

Pilar Enjamio es psicóloga