| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Albert Rivera durante un acto en Cádiz
Albert Rivera durante un acto en Cádiz

C's hace amigos en la UE y traiciona a una comisaria europea de su propio grupo

El de Albert Rivera se ha convertido en un partido al que ya no entienden ni sus fundadores más preclaros; y menos cada vez que se alinean con Podemos. Una imagen de difícil digestión.

| Carlos Dávila España

Dos cabalgan juntos. Uno, desde luego tras el otro. Ciudadanos se ha convertido en el aguador de batea de Podemos. El jueves cuando, a última hora Albert Rivera ordenó que su grupo modificara su postura inicial de aprobar el decreto de los estibadores, uno de los fundadores de Ciudadanos que han firmado la constitución de la Plataforma Ahora, señalaba al cronista: “Estos, pero sobre todo éste (se refería obviamente a Ciudadanos y a su patrón el voluble Rivera) son los aguadores de batea de Podemos; les bailan el agua, les limpian el vaso como hacían los antiguos, y luego se presentan como salvadores de la sed en el mundo”.

Ese mismo día, jueves 16, un directivo de Ciudadanos al que se le puede hacer la merced de no revelar su apellido, también aseguraba al cronista: “¡Claro que vamos a votar a favor; no somos unos irresponsables!”. Visto está: 134.000 euros diarios nos puede costar a los españoles -es de suponer que también a los dirigentes de Ciudadanos con Rivera de cabeza del pelotón- el cambio de opinión de un partido tan verde como una naranja que es el verdadero color de este cítrico, algo que, con toda certeza, no saben esta frívola muchachada que se ha propuesto dos objetivos inmediatos: fastidiar al Partido Popular lo más que pueda y desconcertar a sus votantes y simpatizantes a velocidad de AVE. Hay que reconocer que ambos fines los están consiguiendo.

Los aguadores de batea se han alineado de hecho con los soviéticos de Podemos, un organización estalinista tan contradictoria que en el plazo breve de una semana ha tenido dos actuaciones que para sí hubiera querido recoger Luis Carandell en su inolvidable Celtiberia Show. El martes, un grupo de agitadores de Iglesias se encerró en una dependencia de la Universidad Complutense y amenazó con quedarse a vivir en ella si el rector, Carlos Andradas, matemático y progresista, no se presentaba a debatir con ellos, selecta facción de la intelectualidad hispana.

El profesor Andradas acudió al recinto “okupado” por estos sujetos (mejor dicho; sujetas, verán por qué) y, apenas comenzaron a exhibir sus aldeanas reivindicaciones, el rector se quedó literalmente de piedra. Resultó que los portavoces elegidos por los facciosos hablaban de este tenor: “Nosotras exigimos…”, “Nosotras estamos aquí…”, “Nosotras le emplazamos…”. El rector no daba crédito porque los antedichos voceros ¡eran hombres!; eran hombres, barbudos y desaliñados pero parece que hombres que  hablaban sin embargo como si fueran mujeres.

Pero alguien le debió explicar al catedrático la realidad, el motivo de esta alteración: Podemos tiene la intención de implantar en lo sucesivo el modelo según el cual a partir de ahora mismo, ya, los hombres, sus hombres, se expresarán utilizando el femenino en su intervención. Así, Pablo Iglesias se dirigirá a Rajoy en el Parlamento y, aparte de los insultos soeces correspondientes, le increpará así por ejemplo: “Nosotras vamos a demostrarles a ustedes herederos (aquí echará mano del masculino) del más rancio franquismo, etc, etc, etc…”. La estupidez ya tiene denominación oficial en podemos: se llamará: “Revancha de género”.

Pues bien, dos días después de que Podemos cumpliera con uno de los primeros episodios de esta atrabiliaria “Revancha de género”, un grupo de festivos militantes se solazaba en el Ayuntamiento de Alcalá de Henares con un sarao erótico machista en el que sólo faltaba el potentado sexual Nacho Vidal. ¡Qué volcánica convulsión no recorrería ahora mismo España como ardiente lava si este espectáculo promovido por la izquierda más brutal hubiera sido iniciativa del PP! Hasta los alcalaínos Cervantes y Azaña se hubieran levantado de sus tumbas.

Si algún día Iglesias gana las elecciones nosotros seremos “nosotras” “vosotras” y seguiréis siendo vosotras

O sea que, por un lado y si alguna vez gana las elecciones, Belcebú no lo quiera, Iglesias y su partido, nosotros seremos “nosotras” y “vosotras” seguiréis siendo vosotras, que algo habréis ganando con el triunfo de esta caterva de pirados. Y es que Podemos ha tomado España como si fuera aquel corredor sucio, abyecto, que ellos construyeron en su Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, aquel reducto alargado que llamaron “El pasillo”, un auténtico campus universitario como Dios manda, embrión de la reforma universitaria que nos pretende regalar Podemos.

Lo malo es que el tal “Pasillo” aún no se ha podido barrenar por la resistencia de los okupantes que han amenazado a las autoridades universitarias con respuestas adecuadas a su fascista pretensión. No ha valido con que el rector haya pedido comedimiento a Iglesias y sus partidarios recordándoles algo tan elemental como esto: que ellos, aunque hayan salido de esa Facultad, de esa Universidad, no representan para nada a la Complutense. ¡Faltaría más!

Iglesias y la misa

Aún, descritas las anteriores puede mencionarse la tercera barrabasada que estos días han intentado imponer los discípulos del sanguinario Stalin: la voladura de la Misa en el segundo canal de televisión Española. La historia ha sido como sigue:  hace diez días un oscuro diputado del partido, de los que más celebran a Iglesias, tuvo la gran idea de añadir a las conclusiones Vistalegre II un coda en la que se pedía una lucha en toda regla contra la dictadura de la Iglesia Católica en España y como primera medida urgía que su partido exigiría la mencionada voladura. Iglesias “compró” la iniciativa y se batió por ella en medios afines o contrarios, le daba igual: a por los curas que son los culpables de todo.

Pues bien, aunque parezca mentira, la idea ha causado más conmoción en Podemos que en la  España más sensata; tanto que muchos influyentes colegas de Iglesias le han urgido a que termine con esa bodoquez, entre otras cosas porque se ha cargado espectacularmente la campaña, el vídeo, que lo estalinistas estaban difundiendo para atacar con saña al IBEX, lo que es tanto como atizar sin piedad al capitalismo rampante. Al IBEX no le ha rozado el palo, y la Misa televisada reúne más fieles que nunca. Que nunca. Podemos no ha podido cargarse la Misa dominical pero ya ha lanzado al bochornoso exmilitar Rodríguez a proclamar la depuración de los capellanes castrenses esos que algún con certeza asistieron en sus últimos minutos a algunos de sus subordinados caídos en los mil frentes en los que ha estado, y está, el Ejército español.

Así, que lo dicho, estos son los acompañantes de Rivera y de sus supuestos leales (algunos están hasta el gorro de su prepotencia) que ni siquiera han hecho el mínimo caso a su hipotética correligionaria, la comisaria de Transportes de la Unión Europea Violeta Bulc, liberal eslovena (como liberal se define Ciudadanos y en ese grupo está en la Eurocámara), que se vino hasta España para explicar la necesidad del decreto de la estiba y las desgracias monetarias que caerían sobre nuestros hispánicos lomos si la sentencia comunitaria no se cumplimentaba adecuadamente, y el Parlamento español, como ha sucedido, perpetraba un desacato en toda regla.  

Esto es lo que ha sucedido. 134.000 euros diarios aterrizan sobre nuestros cráneos. El gran culpable es Ciudadanos, un partido al que ya no entienden ni sus fundadores más preclaros, esos que les llaman  “aguadores de batea”. Rivera, fustigador del separatismo catalán que no obedece las decisiones judiciales, ¡cómo podrá afearle ahora a Mas, Homs, Colau y demás sediciosos su conducta! Este hombre no sabe de qué va la vaina.