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Rajoy y Aznar en un acto de FAES
Rajoy y Aznar en un acto de FAES

Terremoto en el PP: Aznar amaga con dejar la Presidencia de Honor harto

Los populares asisten estupefactos al enfrentamiento entre un sector del Gobierno -con Montoro a la cabeza- y el expresidente, todavía referente para muchos de los votantes del partido.

| Javier Ruiz de Vergara España

Un importante sector del PP asiste con indisimulada indignación y alto grado de estupefacción al último episodio que el Gobierno de Mariano Rajoy ha protagonizado contra el expresidente José María Aznar y, cabe recordar, todavía titular de la Presidencia de Honor del partido. La ofensiva de Hacienda que denuncia el exjefe del Gobierno y la difusión pública de sus secretos fiscales ha provocado una sorprendente denuncia de Aznar contra el departamento que dirige Cristóbal Montoro, una denuncia a la que también se ha sumado en las últimas horas el gran hombre fuerte de la era Aznar, el exvicepresidente económico Rodrigo Rato.

Esta es la última batalla de una guerra que comenzó hace varios años y que nadie entiende. Hay incluso sectores del partido que temen una escisión en las filas populares si la situación no se reconduce. Apelan estos sectores al nacimiento de VOX, a las reflexiones de un grupo de jóvenes intelectuales ligados a la llamada Red Floridablanca, y la siempre voz crítica de la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre cuyas reflexiones acaban de reunirse en un libro titulado gráficamente Yo no me callo.  Todos estos sectores coinciden en la urgencia de un rearme ideológico del PP bajo los ejes básicos de las dos legislaturas de Aznar. 

Aunque fuentes del entorno del expresidente han asegurado este martes a ESdiario que éste no se plantea dar un portazo a su partido, lo cierto es que el nivel de indignación de Aznar con la actual dirección es difícilmente superable. Aznar sabe que dimitir como presidente de honor en vísperas de unas nuevas elecciones generales haría un daño irreparable a su partido. Y si de algo es consciente el expresidente es de la dificultad que tuvo en su día para aglutinar en unas mismas siglas a todo el centroderecha reformista español.

Una larga historia de desencuentros

La guerra abierta e indisimulada entre Aznar y Rajoy se produjo hace apenas unos días. El pasado 29 de marzo, en un homenaje al escritor Mario Vargas Llosa por su 80 cumpleaños, el ex presidente reclamó ante su sucesor "nuevos liderazgos". El 21 de diciembre, tras el pobre resultado electoral cosechado por los populares, Aznar se presentó por sorpresa en el Comité Ejecutivo Nacional del PP -no acudía a esta reunión desde después de las generales de 2011- y reclamó a Rajoy "una reflexión profunda" y un "congreso abierto".

Pero, sin duda, el momento más agrio entre ambos se remonta a septiembre de 2015. Aznar, vía FAES, suscribió un durísimo comunicado. Era, en realidad, una enmienda a la totalidad al marianismo. "El electorado del PP ha dado un aviso en las elecciones europeas, muy serio; otro en las municipales; otro en las autonómicas; otro en las andaluzas, y le acaba de -afirmaba el ex presidente- acaba de dar otro aviso en las elecciones catalanas. Son cinco veces consecutivas en pocos meses en los que el electorado te está diciendo que no está contento con cómo están las cosas. Ya va el quinto aviso y no se puede desoír".

Aznar reprocha a Rajoy la depuración de sus fieles en las listas del 20-D, entre ellos Elorriaga, Aragonés y Álvarez de Toledo

La respuesta del presidente ejecutivo a su presidente de honor no pudo ser más agria: "Yo a la gente le habló a la cara, no con comunicados", dijo Rajoy en una entrevista en Antena 3. La venganza del nuevo PP llegó en las últimas generales en forma de purga. Los últimos fieles de Aznar en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, Gabriel Elorriaga y Carlos Aragonés fueron excluidos de las listas.

La última afrenta de Montoro que denuncian los fieles a Aznar deja las cosas en un punto de no retorno. Y compromete la continuidad de Aznar como presidente de honor de un partido cuyos actuales dirigentes no parecen sintonizar mucho con él. El propio portavoz popular en el Congreso, Rafael Hernando, se reconocía este martes preocupado por una filtración -la de la declaración de Aznar- "sectaria y sesgada".