Terelu Campos hace saltar las alarmas con la confesión desgarradora sobre Rocío

Rocío Carrasco acaba de cumplir cuarenta años. Lo ha hecho envuelta en más polémicas que nunca, a pesar de que su silencio sigue siendo igual de sepulcral. En tratamiento psicológico desde que decidió afrontar la querella contra Antonio David Flores, no hay día en el que no sea protagonista. Se debate acerca de los motivos por los que ha roto con toda su familia -hijos incluidos- pero nadie acierta a dar un argumento sólido. El último en posicionarse en su contra ha sido su tío Amador Mohedano que, en declaraciones recientes, no ha dudado en arremeter contra su sobrina en favor de Gloria Camila. La hija adoptiva de Rocío Jurado que está concursando en Supervivientes aprovechó para desgañitarse en contra de su hermana. De ella llegó a decir que "si no le importan sus hijos, imagínate nosotros (respecto a su hermano José Fernando y a ella)".

Pero, ¿cómo se encuentra en estos momentos Rocío Carrasco? Nada se sabe de ella. Este periódico ha contactado con ella para saber qué tiene que decir ante tanta polvareda. Pero el silencio es su única respuesta. Ni siquiera ante las últimas revelaciones de su tía Rosa Benito que ya ha dejado claro que no quiere saber nada por "elección propia". Sin embargo, las alarmas han saltado hace unas horas tras unas declaraciones de Terelu Campos a la agencia Europa Press durante un acto de la Comunidad de Madrid. Preguntada por su "hermana", la colaboradora ha dicho que la ha felicitado por su aniversario y que, en efecto, la ha encontrado "muy mal". 

Teniendo en cuenta el mutismo que suele rodear a Terelu cuando se refiere a Rocío, sus palabras adquieren una mayor dimensión. ¿Qué le está pasando? Quizás es cierto que tanta presión le ha pasado factura y que, en contra de lo divulgado, no es tan fiero el león como lo pintan. A fin de cuentas, solo ha trascendido una versión. Si es cierto que está atravesando un momento anímico complicado, desde ESChismógrafo deseamos que se recupere pronto y pueda volver a abrazar a sus hijos. Sería, tal vez, su mejor revulsivo.