| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Rivera juega sus cartas y Rajoy las suyas.
Rivera juega sus cartas y Rajoy las suyas.

El asalto de Rivera a La Moncloa dispara una quiniela difícil

Suenan tambores de guerra. El líder de Ciudadanos está más de actualidad que nunca como cabeza a batir y aún debe despejar demasiadas incógnitas.

| Ricardo Rodríguez Opinión

Mariano Rajoy sabe que van a por él”, advierten en el PP. El ambiente huele a azufre porque Albert Rivera se ha pasado de confiado. Resultado: Los dimes y diretes, las conspiraciones, los rumores por tierra, mar y aire cercan al candidato de Ciudadanos. Con un gratuito desprecio del riesgo, ha adelantado tanto las líneas que su defensa ha quedado expuesta a las soflamas, los rasgados de vestiduras en la plaza pública y, entre bambalinas, a las maniobras.

Esas murmuraciones han engordado después de que Rivera negase su apoyo a Rajoy y con 24 horas de diferencia también a Pedro Sánchez, y les lanzase un claro mensaje: “La mayoría parlamentaria decidirá quién es Presidente”. Para dejar patente la apuesta por desechar dar el Gobierno a la lista más votada, el líder naranja ha apelado a los números: Cuando el que gana tiene un 25% de los votos, el segundo un 23% y el cuarto un 18%, mandaría el consenso.

Es decir, Rivera juega sus cartas, reniega del papel de secundario, aun asumiendo el coste que, para muchos, en términos de estabilidad podría suponer para el país una movida de semejante calado. Las encuestas acercan a C´s de forma diáfana a PP y PSOE y, según diversos tracking, incluso podría superar como primera fuerza a los populares en la Comunidad Valenciana y, desde luego, como segunda a los socialistas en Madrid. Con el bipartidismo zarandeado, en la calle Génova y aledaños galopan las especulaciones por doquier.

En los cenáculos populares ha tomado forma la conjetura de un acuerdo post 20-D ya cerrado y sellado entre Albert Rivera y Susana Díaz. Curiosa pareja para desgracia de Mariano Rajoy, primero, y de Pedro Sánchez, después. Hoy, Rivera y Díaz son socios estables en Andalucía, para Navidades, con Sánchez desahuciado ante un rotundo fracaso en las urnas y la baronesa andaluza teledirigiendo ya Ferraz en la distancia, ¿trasladarán Ciudadanos y PSOE su entente a nivel nacional para birlar La Moncloa a un Rajoy alejado de la mayoría?

El cambio de cromos difundido por destacados populares otorgaría a Rivera la presidencia y a los socialistas el área económica del Gobierno. (I'm sorry, Luis Garicano). La cuadratura del círculo llegaría con la abstención de Podemos en la investidura del líder naranja. Está por demostrarse la existencia de la enrevesada Operación que algunos han bautizado como “Revilla bis” ante el paralelismo con la pinza del minoritario PRC con el PSOE en Cantabria y por la que el regionalista Miguel Ángel Revilla ha disfrutado de la presidencia. Mientras no se demuestre, claro está, la interesada tesis se quedara en eso, en un proceso de intenciones.

Encastillados y en posición  indignada, los populares, además de dar hilo a la cometa de la denominada Operación “Revilla bis”, han hecho sonar la corneta. El futuro aparece plagado de incógnitas. Todas las hipótesis están abiertas. De momento hasta el 20 de diciembre.