Boyero logra ver en exclusiva la última de "Star Wars" y quema la Red

Máxima expectación ante el inminente estreno este viernes de la séptima de Star Wars, El despertar de la Fuerza, entradas agotadas, juguetes de la saga innundando las listas de regalos de Reyes y de Papa Noel y la fiebre galáctica navideña alcanzando cotas inéditas de locura. Y en estas llegó el siempre polémico Carlos Boyero a poner la guinda del pastel. Sólo faltaba su "crítica" en El País después de ver en exclusiva y entre férreas medidas de seguridad (de las que se burla convenientemente en su columna) la cinta de marras para terminar de incendiar las redes sociales.

Que Boyero haga una crítica "destructiva" de alguna película de máxima actualidad no es nuevo, y si la ciencia ficción se mezcla en su camino, menos aún, pero con tal expectación sus palabras sobre "ese actor negro" que sale en la séptima entrega han terminado por coronarle en lo más alto de la lista de trending topic de Twitter... una vez más.

Amén de burlarse de los "exhaustivos controles" para acceder al pase de prensa como si fuera a entrar en la "sede de la CIA" para "respetar el embargo de la supuesta joya" y aventurar que ni el director, J.J. Abrahams, ni el guionista, Lawrence Kasdam, "han pedido un esfuerzo notable a sus neuronas", si algo generó comentarios mordaces y calentó el estreno de la película fue su breve sinopsis: "Abusan de la repetición de una imaginería que no falla (ay, esa taberna poblada de bichos raros o el descarado parecido entre Yoda y Maz Kanata, o la inclusión del robot enano) e introducen a Rey, una chatarrera que lo hace bien, que va a dar mucho juego en la continuación, y a Finn, un personaje sin el menor interés al que interpreta horrorosamente un actor negro. Y cómo no, ahí está Han Solo, que ha envejecido muy bien, la princesa Leia, tan sosa como castigada y Luke Skywalker, que jamás despertó pasiones. Y dos villanos que no me convencen, que te hacen añorar la tenebrosa presencia de Darth Vader". Lo del actor negro sin nombre terminó de avivar el fuego que se prende cada vez que Boyero hace una crítica.

Y eso que los más optimistas destacaban que se había "entretenido moderadamente con este circo anfetamínico" o que "es fantástico que el cine, en la gran pantalla, a oscuras, en tres dimensiones espectaculares, siga disfrutando de un público masivo y entusiasmado en épocas que auguran su definitiva agonía". Algo es algo.