Rajoy acepta el encargo del Rey pero reclama "un plazo razonable"

Desde las 6 de la tarde de este jueves 28 de julio, el "cronómetro constitucional" está en marcha pero sin garantías de que no se vuelva a detener. El Rey Felipe VI ha decidido no dejar pasar más tiempo y ha encargado a Mariano Rajoy que intente formar gobierno, un encargo que el líder del PP acepta.

Pero con una matización importante, el presidente en funciones se va a dar un "plazo razonable" para revertir la situación actual -sigue con sus únicos 137 votos- y cambiar la posición de los socios que necesita: PSOE y Ciudadanos. Según las explicaciones que el propio Rajoy ofreció a los periodistas tras salir del Palacio de La Zarzuela, meditará la decisión final de acudir a la sesión de investidura si no logra los apoyos necesarios para superarla. "No conviene adelantar acontecimientos", subrayó, al ser preguntado expresamente si acudirá finalmente al trámite formal en el Congreso.

Rajoy volverá a Zarzuela a finales de agosto. Si no reúne apoyos suficientes previsiblemente declinará el encargo

Con la decisión de arrancar el protocolo para poner en marcha la XII Legislatura y con un requisito que el Gobierno en funciones considera vital, la aprobación del techo de gasto, Rajoy abre ahora "un plazo razonable" -el PP habla de finales de agosto- para tratar de "mover" a Albert Rivera, de la abstención al sí, y a Sánchez, del no a la abstención. Tras coincidir con el Rey en la urgencia de salir de una vez del impasse actual y con la conjura de ambos para evitar unas terceras elecciones, Rajoy se compromete ahora a "realizar todos los esfuerzos" para iniciar una nueva ronda de contactos y "en un plazo razonable" constatar las posibilidades que tiene de salir airoso del trámite de la investidura.

Un nuevo llamamiento a Rivera y Sánchez

Rajoy le explicó al Rey Felipe VI que tres grandes retos obligan a salir del bloqueo de forma urgente: los compromisos presupuestarios con la Unión Europea, el desafío independentista catalán y la amenaza yihadista global. Por eso, en su "sí, pero", va a intentar convencer a los líderes de Ciudadanos y PSOE, para que cambien su actitud actual que permita, al menos, un gobierno en minoría que a principios de septiembre pueda empezar a tomar decisiones, sobre todo en materia fiscal y presupuestaria, tal como exige Bruselas.

Para ello, el candidato va contar con la complicidad de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, que en función de sus atribuciones constitucionales, va a flexibilizar los plazos descartando una sesión de investidura la próxima semana, como el propio Rajoy había contemplado hace apenas unos días. "No puedo anticipar el futuro", enfatizó, para dejar abierto un escenario aún probable: que sí en las próximas semanas constata que Ciudadanos y PSOE no se mueven, Rajoy decline acudir a la investidura.

Se avecina "lío" jurídico en el Congreso

La presidenta del Congreso, Ana Pastor, aclaró -en su comparecencia posterior a la de Rajoy- que el encargo del Rey Felipe VI activa directamente el calendario para la sesión de investidura, como contempla la Constitución, pero aplazó cualquier respuesta y calendario a una conversación que tendrá en las próximas horas con el ya designado por el Jefe del Estado para tratar de formar gobierno.

El primer apartado del artículo 99 de la Carta Magna establece que tras las consultas con los líderes políticos, el monarca "propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno". Y el 99.2 añade que "el candidato propuesto conforme a lo previsto en el apartado anterior expondrá ante el Congreso de los Diputados el programa político del Gobierno que pretenda formar y solicitará la confianza de la Cámara".

El portavoz de C's en el Congreso, Juan Carlos Girauta; la secretaria cuarta de la Mesa, Patricia Reyes; y el secretario de Organización del partido, Fran Hervías, entre otros, han reproducido en Twitter el contenido de dicho artículo al escuchar la decisión de Rajoy tras su reunión con Felipe VI.

En este mismo sentido, el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, ha exigido "seriedad" a Rajoy y le ha avisado de que, al aceptar la propuesta del Rey debe presentarse a la investidura y no vale con un "depende". "Se tendrá que presentar al debate de investidura, le guste o no, tenga los votos suficientes o no, porque tendrá que acatar la Constitución"

Pero toda la presión parece ahora en manos de Sánchez y Rivera: si no flexibilizan sus posiciones actuales, España estaría abocada a unas terceras elecciones o a un ahora muy improbable gobierno de izquierdas con los nacionalistas.