| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El rey emérito y la infanta Cristina han perjudicado la imagen de la Corona
El rey emérito y la infanta Cristina han perjudicado la imagen de la Corona

Los reyes, unidos para evitar a don Juan Carlos y a la infanta Cristina

Los soberanos tienen dos importantes quebraderos de cabeza: el rey emérito y la infanta Cristina. A tal efecto, han trazado una estrategia para que su imagen no enturbie más a la monarquía.

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Don Felipe y doña Letizia forman un tándem perfecto. Ambos están de acuerdo en que la única forma de que su reinado no se vea afectado por los escándalos del pasado es evitar al rey emérito y a la infanta Cristina. Don Juan Carlos ha vivido a su manera y en su madurez se han revelado algunos de sus secretos extramatrimoniales. Era algo que se sabía pero existía un pacto no escrito con la prensa para que esas cuestiones no salieran a relucir. Ahora, para echar más leña al fuego, se presenta un libro que ahonda más en el tema y que lleva por título: Juan Carlos I: el rey de las cinco mil amantes (Chiado). El autor, Amadeo Martínez Anglés, asegura que ha tenido acceso a documentos, se supone que provenientes de investigaciones de los servicios de seguridad, que demuestran que el soberano ha dedicado una buena parte de su existencia a la dolce vita.

El hecho de que cada vez sea más pública la vida privada del rey emérito es lo que motivó que no estuviera presente en los actos de celebración del cuarenta aniversario de la democracia. Sin duda, esto sorprendió, pues don Juan Carlos tuvo arte y parte en la transición. Sin embargo, que su imagen cada vez esté más enturbiada es lo que llevó a don Felipe y su equipo a dejarlo fuera. No fue fácil para el monarca reinante la decisión. Hablamos de su padre. Sin embargo, estamos en tiempos convulsos y si el actual rey quiere que perdure la monarquía tiene que hacer sacrificios. A don Juan Carlos no le hizo ninguna gracia y se sintió mal. No obstante, sabe que con Botswana llegó un fin de ciclo.

El otro gran quebradero de cabeza para don Felipe y doña Letizia se llama Cristina de Borbón. Por ella y su marido, la institución monárquica ha estado en boca de todos. La infanta pensó que con su absolución se iniciaba una época donde ella y su familia recuperarían su lugar en la familia real. Sin embargo, la negativa de su hermano y su cuñada sigue vigente y no tiene visos de expirar. Así las cosas, Cristina intenta una y otra vez estrategias de acercamiento a los reyes vía intermediación de su madre. Está desesperada y de ahí los pulsos que echa a don Felipe y doña Letizia en forma de viajes a España donde se deja ver y fotografiar con su marido y sus hijos.

En nada empiezan las regatas en Palma de Mallorca y el rey tiene previsto formar parte activa de las mismas saliendo a diario a navegar. Es conocedor del malestar existente a propósito de las vacaciones de verano, consideradas un asunto privado y sobre las que no se facilita ningún dato. Debido a todos los problemas que hay alrededor de la Corona es posible que este año el soberano y su familia pasen más días en la isla balear. Por su parte, doña Cristina tiene intención de dejarse caer con la excusa de llevar a sus hijos para que disfruten del curso de vela que cada verano realizan y que corre a cargo de doña Sofía. Le gustaría disfrutar de unos días junto a su madre y su hermana. Sin embargo, don Felipe ya ha dicho que eso no es posible. De hecho, desde que estallara el escándalo, Cristina no ha vuelto por Marivent. Cuando ha tenido que ir a declarar se ha instalado en un hotel o bien en la casa de su tía Pilar de Borbón.

Desde que se jubilara, el rey emérito evita pisar Mallorca. No obstante, este verano todo indica que su hijo le aconsejará pasar unos días allí para dejarse ver. Es público y notorio que su matrimonio con doña Sofía es historia desde hace años pero a don Felipe le gustaría que sus padres transmitieran, al menos, una imagen de camaradería como la vista en el cumpleaños del rey Harald de Noruega. Queda claro que don Felipe y doña Letizia han leído la cartilla a sus dos quebraderos de cabeza más importantes: don Juan Carlos y doña Cristina. Esperemos que hagan caso y no se salten las normas establecidas.