| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Iglesias y Garzón están acostumbrados a ganar con más del 90% de apoyo.
Iglesias y Garzón están acostumbrados a ganar con más del 90% de apoyo.

Las hordas podemitas rodean la democracia

No es nada nuevo comprobar que no aceptan que la mayoría del pueblo haya decidido libremente que sean otros los que ostenten el poder.

| El Libre Pensador Opinión

Parece que las hordas chavistas montarán su particular número fascistoide en la investidura, ya veremos si no se convierte en una embestidura, de Mariano Rajoy. Es obvio que el escombro ideológico que representa Podemos en nuestro país no tiene más remedio que actuar a través de la democracia para conseguir su último objetivo. Si por ellos fuera unos cuantos fusiles bien repartidos y un poder militar a su servicio bastaría, pero por desgracia para ellos, y por suerte para nosotros, sin violencia la cosa se les pone más difícil.

Es un hecho irrefutable que la izquierda siempre se ha proclamado moralmente superior al resto a pesar de tener que imponer su ideología a través de la violencia, la opresión y la erradicación de la libertad. No es nada nuevo que estos totalitarios disfrazados de socialdemócratas nórdicos repudien la democracia cuando no son ellos los elegidos para gobernar. No aceptan que la mayoría del pueblo haya decidido libremente que sean otros los que ostenten el poder. Es obvio el odio y la bilis que desprenden tras ver que ni con 37 partidos juntos, dominando las universidades, controlando los medios televisivos de desinformación y con una amplísima mayoría en las redes sociales, ni siquiera hayan podido superar al peor PSOE de la historia.

Sus líderes acostumbrados a ganar sin oposición, Iglesias con un 94% de los votos y su perrito faldero en IU con un 96%, resultados que incluso envidiaría el mismísimo Kim Young-Un, ven incomprensible que no obtengan ese respaldo cuando tienen que salir de la burbuja en la que viven instalados los chavistas y no sólo votan los cuatro trasnochados marxistas que acuden con el cencerro puesto a sus actos. Es intolerable que los españoles no sean tan sabios ni lúcidos como para depositar el futuro de un país en un partido fundado por confesos chavistas y grandes intelectuales de la talla de Ada Colau, Cañamero, Espinar, el Kichi o su novia Teresa Rodríguez. Gente brillante que ha renunciado al éxito económico y profesional que seguro encontrarían en el ámbito privado, para luchar por las clases populares aunque estas sean impopulares y fascistas cuando no balan sus soflamas.

Al fin y al cabo la democracia ha sido siempre el último camino utilizado por esta lacra mundial para alcanzar el poder cuando no ha sido posible conseguirlo por otras vías. Grandes socialistas ya intentaron sin éxito imponerse a través de la fuerza. Desde Adolf Hitler tras fracasar en el intento de Golpe de Estado de 1923 con su infame Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, pasando por Lenin en 1917 y terminando por Hugo Chávez en 1992, todos ellos no tuvieron más remedio que presentarse a las elecciones para que el pueblo soberano, o eso dicen algunos, acudiera a darles la máxima confianza en las urnas y permitirles tomar el poder a pesar de haber demostrado su catadura moral tras haber fracasado en su intento de tomar el poder a través de la fuerza.

Sólo uno de ellos no consiguió obtener el respaldo necesario, Lenin, que tras la celebración de las primeras elecciones libres de la historia rusa el 25 de noviembre de 1917, los bolcheviques sufrieron una aplastante derrota obteniendo 168 diputados mientras que los revolucionarios socialistas, más moderados, obtuvieron 380 diputados. Pero Lenin disolvió la asamblea y proclamó la dictadura del proletariado prometiendo el fin de las clases sociales y la instauración de un sistema en favor de las clases populares, ¿no les suena esos términos?

Sus primeras decisiones son prohibir los partidos políticos, suprimir la libertad de prensa y prohibir el derecho a manifestarse. Todos sus oponentes son declarados enemigos de las clases populares y crea La Checa, nombre formado por las iniciales rusas que traducido al español significa Comisión para combatir la contrarrevolución y el sabotaje. Nombra a Dzerzhinski líder de la Checa y este declara: "La ejecución de inocentes impresionará mucho más a las masas". En las primeras seis semanas 50.000 personas son asesinadas sin juicio previo.

En definitiva no debemos vivir con temor los distintos números circenses con los que nos van a obsequiar los chavistas, sino al contrario, es un acto más que nos permite demostrar que todo ya ha ocurrido antes si conocemos la historia. Nos debe otorgar una inmensa tranquilidad saber que estos cobardes, analfabetos funcionales, mediocres hijos de papá, jamás podrán disfrutar del poder militar que sí tuvieron los ídolos de esta patulea amante de los regímenes totalitarios. Su techo ya ha sido alcanzado y en cuanto el PSOE vuelva a la senda socialdemócrata que abandonó con Zapatero, la liquidación de esta lacra se convertirá en una realidad aunque el proceso será largo. Por mucho que intenten crear una crispación social sin precedentes para llevar a España al precipicio jamás podrán conseguir el poder, ya que tal y como dijo Lenin:

"¿Cómo puede hacerse una revolución sin pelotones de fusilamiento?".