¿Qué comeremos dentro de 100 años?: nos despedimos del café y el chocolate

Para muchas personas imaginar una vida renunciando al consumo de alimentos como el café o el chocolate es algo impensable, pero podría estar más cerca de lo que creemos. Productos que consideramos básicos podrían desaparecer de nuestra dieta, donde entrarán a formar parte otros con los que estamos mucho menos habituados.

Así se desprende de la ponencia en el que han participado el reconocido cocinero malagueño y concursante del programa Top Chef, Richard Alcayde, y el ingeniero agrónomo e investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Tomás García, que han expuesto sus puntos de vista sobre la alimentación del futuro en un coloquio denominado 'El menú que nos espera: ¿Qué comeremos dentro de 100 años?' que se ha celebrado en Espacio Caser en Málaga.

En este diálogo sobre cuál será la dieta de dentro de un siglo, los expertos ponen sobre la mesa que algunos de los alimentos que hoy consideramos básicos, tales y como el café o el chocolate, pueden desaparecer debido al impacto del cambio climático.

Llegan los insectos y las algas al menú

En la cita, ambos expertos apostaron por la pervivencia de los 'platos tradicionales' en el futuro, así como por una dieta que será más variada y que pondrá en valor productos alimenticios como insectos, gusanos o algas que hoy en día pueden representar un problema, pero en el futuro pueden ser parte de una solución, al menos en el ámbito gastronómico.

El medio marino como fuente de productos alimenticios también fue abordado por estos expertos que destacaron opciones como las algas comestibles, la experimentación con cultivos subacuáticos (hay una nueva especie de aguacate que se cultiva en el fondo del mar) y el aprovechamiento de lo que hasta ahora no se aprecia y se desecha debido a las 'cotas de pesca'.

Alcayde ha apostado especialmente por la sostenibilidad como un factor clave para pensar en la alimentación del futuro, y al respecto ha citado ejemplos como que la quinoa necesite cinco veces menos agua que el trigo. El chef y el investigador han coincidido en señalar que en la dieta del futuro habrá menos carne y se comerá más sano, debido, principalmente, a un mayor y mejor acceso a la información sobre los productos que consumimos.