La Semana Santa se caracterizará por la inestabilidad propia de finales de marzo

La próxima Semana Santa, que se extenderá del 22 al 31 de marzo, estará marcada por la inestabilidad típica de fin de mes a principios de primavera, con posibles lluvias aunque también es posible un confinamiento. Invertir las tormentas en la península para evitar tornados. tormenta. El delegado territorial del Servicio Estatal de Meteorología de Castilla y León, Manuel Mora, aseguró hoy que con más de diez días de celebraciones religiosas no hay previsiones fiables, aunque recuerda que "lo mejor" es consultar al servicio meteorológico. 

Lo que está más claro es que la primavera en la Comunidad será cálida, con temperaturas superiores al valor de referencia, al igual que ocurrió en invierno, con una media récord de 5,8 grados, lo que supone una anomalía de 1,6 grados por encima de la media. entre 1991 y 2020. Un estudio climático de la Agencia destacó que sólo el 4,7% de los 43 años analizados en los observatorios de Burgos y Salamanca estuvieron libres de días de lluvia.

En Castilla y León sólo se producen 36 días de heladas cuando lo habitual es 51.

El delegado Aemet destacó que, según el informe de la Agencia Ical, esa primavera se caracterizó por fenómenos meteorológicos convectivos, cuando el aire primaveral coincide con la altitud y el aire cálido en la superficie, se producen movimientos de aire ascendentes. nubes, chubascos y tormentas. No hay una tendencia clara en las precipitaciones primaverales. Ahora y en los próximos días, tras un marzo que empezó “muy frío” y “muy húmedo”, se inicia un periodo de estabilidad sin lluvias, con temperaturas en aumento paulatino, especialmente máximas. 

Un 7% más de precipitaciones en invierno

 
Respecto a las precipitaciones entre diciembre y febrero, estaban siete por ciento por debajo del valor estadístico normal. Mientras que durante el invierno se alternan períodos secos y húmedos, con 31 días de precipitaciones “importantes” y 3 días de nieve.