Filtran dato horrible: gritos, y no de amor, en la noche de boda de los Eméritos

Corría el año 1962 cuando un 14 de mayo, víspera de la festividad en Madrid de San Isidro, Don Juan Carlos y Doña Sofía se unían en matrimonio para siempre. Como recogen las crónicas y hemos visto durante estos años, el matrimonio ha sido de todo menos perfecto, pero lo cierto es que todos sabemos que dejarán de ser marido y mujer cuando las muerte les separe.

La relación entre ambos se rompió a lo largo de los años por culpa de las presuntas infidelidades de él. En ESdiario sabemos que la Reina Sofía padecía ese mal de amores y se hundía cada vez que conocía una nueva y supuesta infidelidad del Emérito. Esto los distanció tanto que, residiendo ambos en La Zarzuela, ni siquiera se dirigían la palabra. Sólo hablaban en el ámbito de lo institucional.

Quienes conocen asuntos del interior de los muros de Palacio, saben que ahora las relaciones entre los padres del Rey Felipe VI son muy cordiales e incluso afectuosas, después cuatro años separados.

La ¿clave?, que no se ven en absoluto. Juan Carlos I reside en Abu Dabi, aunque ahora está a punto de trasladarse a Suiza, y la Reina Sofía permanece en La Zarzuela disfrutando de la compañía de su hermana Irene y de algunos de sus nietos, como de Irene Urdangarin.

Pilar Eyre 'canta' de la boda

Ahora trascienden datos del pasado. Lo sabemos ‘gracias’ a la veterana cronista Pilar Eyre que ha narrado que la entonces princesa Sofía de Grecia se casó totalmente enamorada de él, pero el que fuera jefe del Estado ya tenía otros intereses: una agenda de mujeres en la recámara.

Pero Eyre ha ido más lejos aportando más datos: “Sofía se casó virgen” y ni siquiera disfrutó de su esposo en la noche de bodas. De hecho, tuvo que asumir el papel de cuidar sanitariamente a su recién marido.

De auténtica enfermera porque el Emérito Juan Carlos sufrió una caída días atrás y en su boda tenía el brazo dolorido. "Le escayolaron y tenía un sufrimiento horroroso. Por la noche, cuando llegaron al barco donde pasarían la noche de bodas, él se tiró en la cama...", confiesa la veterana periodist catalana. Ajena al pasotismo de su esposo, Sofía se puso su mejor camisón dispuesta a entregarse a Juan Carlos, pero él exclamó: "¡No puedo más, me duele muchísimo!".

"Doña Sofía cogió unas pinzas y, trocito a trocito, le fue arrancando el yeso del brazo que tenía pegado a la herida", cuenta Eyre en uno de sus post en su canal particular en YouTube. Además, la cronista de Casas Reales asegura que se escucharon los gritos de Juan Carlos en todo el barco a causa del dolor: “Me asombra lo que pensarían los marineros...”.