| 02 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Carlos Cuerpo
Carlos Cuerpo

Las agencias de calificación alertan de la fragmentación política española

La economía española aguanta pero depende del enorme desafío político constante al que Pedro Sánchez nos somete. Sorprende la fortaleza y solidez de nuestro tejido empresarial.

| Rodrigo Martínez Economía

Las principales agencias de calificación, S&P y Moody’s acaban de publicar su nuevo rating sobre la economía española. En el caso de S&P Global España mantiene su calificación en A/A-1 con perspectiva estable, mientras Moodys ha mejorado su evaluación anterior al elevar la perspectiva a «estable» dentro del rango de ‘Baa1’ en el que sigue manteniendo a la economía española. Para el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, esta confianza es «un paso importante» para la economía española.

S&P Global ha optado por repetir nota (A/A-1 con perspectiva estable) porque sus previsiones son que la economía española crecerá por encima de la media europea. En concreto espera que el PIB crezca un 2% en promedio durante los próximos tres años (2024-2027), ocho décimas por encima del 1,2% que prevé de media en la eurozona. El único ‘pero’ que encuentra son las «fragilidades» políticas del Gobierno, al depender del «apoyo de un grupo heterogéneo de partidos» que podría afectar a las políticas que pretende aplicar.

Uno de los talones de Aquiles será la deuda pública, que en opinión de S&P «disminuirá lentamente» debido a la apuesta del Gobierno por la política de consolidación fiscal hasta 2027, en un entorno de tipos de interés altos y presiones del gasto. Por tanto, el esperado «fuerte crecimiento» de la economía se verá frenado por el enfoque gradual del Gobierno para reducir la deuda.

Para S&P lo más destacado de la economía española en los próximos tres años serán las exportaciones, que califica de «clave» para el crecimiento, y en especial los ingresos por turismo, cuya contribución a las exportaciones en 2023 fue esencial. También prevé un buen ritmo en el crecimiento del empleo, con un crecimiento interanual del 2,6%. También la inflación recortará su presión, acabando en el 3,1% a finales de este año, ante el descenso de los precios de la energía y la previsible bajada de tipos de interés por parte del BCE.

Por último, S&P también reflexiona sobre la prórroga de los Presupuestos Generales del Estado de 2023, y considera que la ausencia de las cuentas públicas para 2024 podría «provocar retrasos y obstaculizar» la aplicación de reformas e inversiones de los fondos europeos Next Generation.

Un sorprendente equilibrio

La buena marcha de la economía española también es reconocida por la agencia de calificación Moody’s, que acaba de confirmar el rating de España en ‘Baa1’ y ha mejorado la perspectiva de ‘estable’ a ‘positiva’ ante lo que considera un «mayor equilibrio en el modelo de crecimiento del país». En su nota refleja la «fortaleza económica» de España y la «solidez» de sus instituciones, que son «significativamente superiores» a las de sus pares de calificación.

Lo más destacable para Moody’s es el bajo apalancamiento del sector privado y un sector bancario «robusto», así como un superávit por cuenta corriente y un mercado laboral fortalecido en comparación con la última década debido a la «sólida gobernanza» y a «una «mayor eficacia de las políticas» para hacer frente a las fuentes de desequilibrios macroeconómicos.

Como consecuencia de todos estos factores, la agencia de calificación cree que podría producirse un crecimiento de la economía mayor y con menos volatilidad del que aprecia en la actualidad. Entre las reformas más valoradas por Moody’s se encuentran la de las pensiones y la del mercado laboral que trasladarán sus positivos efectos «en todos los ámbitos», incluido el máximo récord de afiliación al Sistema de la Seguridad Social.

Moody’s considera que estas circunstancias podrían provocar un crecimiento mayor y con menos volatilidad del que se aprecia en la actualidad. En consecuencia, sus previsiones apuntan a un crecimiento del PIB real del 1,7% para 2024 y del 1,8% en 2025. En este crecimiento también jugarán un papel fundamental los fondos de la Unión Europea que contribuirán a mejorar tanto la inversión del sector público como privado para los próximos años.

Como S&P, la única objeción que encuentra Moody’s es la deuda pública que registra la economía española, así como los retos estructurales a los que se enfrenta, como es el envejecimiento de la población.