| 16 de Junio de 2024 Director Benjamín López

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Una planta de procesamiento de biodiésel.
Una planta de procesamiento de biodiésel.

Una apuesta por los combustibles renovables: qué son y qué beneficios aportan

Los biocombustibles, tanto los derivados de productos orgánicos como los sintéticos se presentan como un remedio real a corto y medio plazo contra las emisiones de CO2.

| Juan P. Burgueño Economía

La necesidad de encontrar soluciones energéticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente es más apremiante que nunca para tomar medidas que agilicen la transición energética.

El agotamiento de los recursos fósiles y el cambio climático nos han llevado a buscar alternativas que sean renovables y reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero.

Esto es fundamental para contribuir al desafío de aspirar a una sociedad de cero emisiones netas en 2050 y limitar el incremento de la temperatura global por debajo de los 2º C. tal y como marca el Acuerdo de París, el tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante que firmaron 196 países y entró en vigor el 4 de noviembre de 2016.

En este contexto, los combustibles renovables, tanto los derivados de productos orgánicos o desechos metabólicos (biocombustibles) como los carburantes sintéticos (obtenidos a partir de CO2 capturado y los procedentes de residuos no orgánicos como plásticos), se presentan como un remedio real a corto y medio plazo contra las emisiones de CO2 en todos los ámbitos del transporte (terrestre, aéreo y marítimo).

 

Y no sólo eso. Una apuesta firme por la elaboración de biocombustible significa también, además de un paso adelante en la descarbonización, independencia energética y generación de riqueza económica. Un reciente estudio de la consultora PWC para Iberia y Vueling estima que el impacto de implementar en España una industria en torno al carburante sostenible para aviones (SAF) significaría un incremento del PIB de 56.000 millones y 270.000 nuevos puestos de trabajo en España.

En este artículo, exploraremos en qué consisten los combustibles renovables, sus beneficios y el papel crucial que desempeñan en la transición hacia un futuro más sostenible.

Qué son los combustibles renovables

Los combustibles renovables o biocombustibles son aquellos que se obtienen a partir de fuentes naturales que son inagotables o que se pueden regenerar en un corto período de tiempo y su uso principal es sustituir a los combustibles fósiles en distintos medios de transporte como los camiones de mercancías, los barcos o los aviones

A diferencia del petróleo y el carbón, que requieren millones de años para formarse, los combustibles renovables son una opción sostenible y respetuosa con el medio ambiente, ya que proceden de materias primas circulares como residuos orgánicos no alimentarios o el hidrógeno renovable y el CO2 capturado.

¿Con qué materias primas se fabrican estos combustibles?

Los combustibles renovables se elaboran a partir de materias primas de origen orgánico y desechos cotidianos del hogar y de distintas actividades económicas.

Algunos de los elementos utilizados son desechos orgánicos de los residuos urbanos, aceites vegetales de fritura usados, biomasa forestal, podas agrícolas, residuos de la industria agroalimentaria como huesos de aceituna, grasas animales y restos vinícolas, así como carbono retirado de la atmósfera e hidrógeno renovable.

Ventajas de los biocombustibles

Los combustibles renovables emiten una menor cantidad de gases de efecto invernadero en comparación con los combustibles fósiles, contribuyendo así a la mitigación del cambio climático y la mejora de la calidad del aire para la salud de las personas.

Asimismo, el CO2 que se libera en su uso es igual al CO2 que ha sido retirado previamente de la atmósfera por la materia prima usada para su fabricación, lo que les hace ser combustibles de cero emisiones netas, y nos permiten aumentar el ritmo de descarbonización sin depender únicamente de la renovación de la flota con vehículos eléctricos.

 

Uno de sus principales puntos fuertes es que son combustibles de cero emisiones netas, ya que el CO2 que se libera en su uso es igual al CO2 que ha sido retirado previamente de la atmósfera por la materia prima usada para su fabricación, por lo que son una de las soluciones más eficaces para reducir las emisiones procedentes del transporte en los próximos años. Su producción también es más respetuosa con el medio ambiente, al provenir de materias primas circulares cuya huella de carbono es baja.

Los biocombustibles pueden utilizarse en vehículos con motor de combustión que ya existen (coches, furgonetas, autobuses, camiones, vehículos agrícolas e incluso aviones), lo que hace que no tengamos que esperar a que se desarrollen nuevas tecnologías o se renueve la flota de vehículos antes de empezar a reducir las emisiones.

Además, se aprovechan las infraestructuras de distribución y repostaje actuales, y ya representan una alternativa de movilidad sostenible para todos los segmentos de transporte. Sobre todo, la aviación, el transporte marítimo y el transporte pesado por carretera, que no tienen en la electrificación una alternativa viable.

Del mismo modo, en casi todos los casos su producción y distribución se puede realizar utilizando instalaciones industriales ya existentes, con materias primas locales, lo que impulsa la economía circular y la creación de empleo en las zonas rurales, y permite diversificar la matriz energética del país a fin de que continuemos avanzando para lograr la independencia energética.