No es para defender la Sanidad; es para derribar a Ayuso

Ninguna Comunidad Autónoma, y desde luego tampoco el Gobierno Central, puede sentirse satisfecho nunca por la gestión sanitaria, incluso cuando acierten y sean eficaces. Pero por definición ha de ser un servicio en permanente revisión y dispuesto a cambios y adaptaciones que atiendan mejor cada circunstancia.

El calvario que sufrieron los sanitarios al principio de la pandemia, con pocos medios y expuestos a un peligro que acabó con las vidas de tantos de ellos, es la mejor y más terrible prueba de que deben ser siempre escuchados y atendidos: ellos están en primera línea y, sin duda, detectan antes que nadie los problemas y lagunas del sistema.

La errática estrategia autodestructiva de Sánchez contra Ayuso sienta al PSOE en el "diván"

Todo ello no justifica, sin embargo, la burda campaña desatada contra la Comunidad de Madrid por el Gobierno, sus apoyos mediáticos y los sindicatos; relacionada obviamente con el intento de revertir los tétricos presagios electorales que se ciernen sobre la izquierda en la cita de la próxima primavera.

Porque la sanidad madrileña es una de las mejores de España, según todos los baremos de satisfacción de los usuarios, y una de las que más ha intentado reforzar sus prestaciones desde la pandemia: nadie cubre todas las plazas disponibles con un sistema MIR que depende del Ministerio de Sanidad; pocos han reforzado su plantilla en cerca de 5.000 efectivos desde la pandemia y casi nadie tiene unas listas de espera quirúrgicas o de especialidades a su altura.

Todo ello es mejorable, por supuesto. Y algunas cosas, como las retribuciones de médicos y enfermeros, son urgentes: es inaceptable que sus salarios sean tan bajos y que, por ello, tantos opten por marcharse al extranjero.

La demagogia de Sánchez

Pero de ahí a convocar una huelga indefinida en atención primaria, pediatría y urgencias media un abismo escandaloso, que solo se explica por la demagogia política y sindical dirigida hacia Ayuso, verdadero objetivo de la bochornosa campaña que pretende presentar a Madrid como un lugar inhumano, dañino para la salud y a punto de privatizar su sanidad.

Nadie en su sano juicio se cree tantas patrañas, pero nadie con sentido común debe renunciar a buscar las mejoras que hagan falta, contestando a la vez la ristra de manipulaciones y mentiras con las que algunos quieren montar su campaña electoral. Muy triste es hacerlo asustando a los ciudadanos, en lugar de seduciéndoles con sus alternativas, pero con Sánchez de por medio, el peor gestor del drama del Covid en toda Europa, poco más se puede esperar.