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Bolinaga, en 2014, en el balcón de su casa tras obtener la libertad condicional por el peligro de muerte inminente
Bolinaga, en 2014, en el balcón de su casa tras obtener la libertad condicional por el peligro de muerte inminente

Los 'Bolinaga' ya sólo serán liberados si se mueren en dos meses

El Gobierno anuncia que se excarcelará a presos enfermos exclusivamente cuando la "certeza de fallecimiento" sea inferior a los dos meses, en respuesta a un senador de EH Bildu.

| El Semanal Digital Opinión

No habrá más Bolinagas, el etarra terminal que logró ser liberado y tardó casi tres años luego en morir. O eso se deduce al menos del anuncio del Gobierno, a una pregunta de Bildu, para casos similares: sólo obtendrán ese beneficio si los médicos sitúan la esperanza de vida máxima en un periodo de 60 días. No es sólo una medida para terroristas, pero el origen de la pregunta al Ejecutivo, el grupo político abertzale, sitúa el anuncio en ese contexto.

El Gobierno central ha anunciado que los presos "muy graves" con patologías "incurables" en los que "la enfermedad o la avanzada edad constituyan un peligro patente para la vida" podrán ser excarcelados con un informe médico que certifique "una razonable certeza" de su fallecimiento en un plazo "inferior a dos meses", según se recoge en una respuesta por escrito enviada al senador de EH Bildu Jon Iñarritu, que éste a su vez ha dado a conocer en su cuenta de Twitter.

El representante de la coalición soberanista formuló una pregunta al respecto el pasado 27 de febrero al Ejecutivo al respecto de una directriz de Instituciones Penitenciarias según la cual "los internos enfermos solo podrán ser excarcelados bien si su fallecimiento se prevé con razonable certeza a muy corto plazo bien si se cumplen los requisitos para acceder al tercer grado y la libertad condicional". Además, el diputado vasco pedía al Ejecutivo que concrete qué entiende por el concepto "peligro patente para su vida".

 

Ortega Lara, secuestrado por Bolinaga, el terrorista liberado por una enfermedad terminal que, según la nueva norma, no le sacaría de la cárcel

En la respuesta del Gobierno central, fechada el pasado 24 de abril, se indica que el concepto padecimiento incurable "debe estar motivado y certificado por profesionales médicos, no obedeciendo en ningún caso a criterios subjetivos". Asimismo, el Ejecutivo recuerda que el Código Penal de 23 de noviembre de 1995 establece la libertad condicional para enfermos muy graves con padecimientos incurables cuando reúnen todos los requisitos exigibles para la concesión de la suspensión de la condena con carácter general (salvo el requisito de haber extinguido las tres cuartas partes de la condena, las dos terceras o la mitad).

Estudio individual de cada caso

Por otro, en el supuesto de penados en los que la enfermedad o la avanzada edad constituya un "peligro patente para la vida, bastarían los informes médicos correspondientes y una valoración de la falta de peligrosidad". Además, aclara que existe peligro patente para la vida cuando la razonable certeza de fallecimiento del interno es de un plazo inferior a los dos meses. No obstante, el Ejecutivo central señala que las circunstancias de cada penado "se tratan en todo momento de forma individualizada".

El Gobierno apuesta por la puesta en libertad a través de una decisión judicial basada solo en informes médicos objetivos

Por último, el Gobierno aclara que es precisamente la instrucción de Instituciones Penitenciarias sobre presos enfermos que entró en vigor el 17 de febrero pasado "el instrumento con le que se pretende adaptar" el procedimiento penitenciario a la nueva regulación introducida por la Ley Orgánica 1/2015 de 30 de marzo por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre del Código Penal "para que aquellos penados cuya enfermedad es un peligro patente para su vida salgan de la cárcel de forma inmediata a través de una decisión judicial adoptada a la vista de los informes médicos".

Por su parte, el portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, ha rechazado el criterio Gobierno central y ha apostado por la búsqueda de acuerdos que contribuyan “a relajar tensiones y a mejorar la convivencia”. En ese sentido, el Ejecutivo vasco pone de ejemplo la flexibilidad de la política francesa, como ha dejado de manifiesto hace pocos días con la puesta en libertad del preso Oier Gómez, aquejado de una grave enfermedad.

Gómez, condenado a una pena de 15 años de prisión por herir a un gendarme en un tiroteo en 2011, padece un tumor maligno que le ha provocado sendas metástasis en el cráneo y en la pelvis. Por ello, la justicia francesa, tras visitar a Gómez en el hospital de Pitié-Salpétriere de la capital francesa, decidió su puesta en libertad para que pueda ser tratado en un centro hospitalario próximo a su Vitoria natal. 

Aunque no se citó, en el aire sobrevolaba la gran polémica social suscitada por el caso del etarra Bolinaga, uno de los secuestradores de Ortega Lara y asesino de tres guardias civiles. El terrorista, enfermo de una cáncer terminal, accedió a la libertad condicional en 2012 y, pese a la supuesta gravedad de su patología, pudo estar casi tres años liberado antes de fallecer.