| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Ángel Sanz-Briz, conocido como 'El Ángel de Budapest', al salvar del Holocausto a más de 5.000 judíos
Ángel Sanz-Briz, conocido como 'El Ángel de Budapest', al salvar del Holocausto a más de 5.000 judíos

Recuerdo a todo color de los ‘Schindler’ españoles

Los diplomáticos Julio Palencia , Ángel Sanz Briz, José Rojas y Manuel Gómez-Barzanallana, que salvaron del Holocausto a miles de judíos, homenajeados en Sofía, Bucarest y Budapest.

| Pedro Pérez Hinojos Opinión

Apenas se les conoce en España, pero en muchos países europeos, sobre todo del centro y el este continental, son considerados verdaderos héroes. Al estilo del célebre Oskar Schindler, el empresario de Moravia que arrancó de los campos de exterminio a miles de judíos para alojarlos en sus ruinosas fábricas, en la epopeya inmortalizada por Steven Spielberg, varios diplomáticos españoles dedicaron sus desvelos a evitar que la persecución nazi lograra los mismos objetivos.

Los cuatro se negaron a permanecer impasibles ante el horror nazi y llevaron a cabo arriesgadas gestiones con las autoridades

Y consiguieron así librar de una muerte segura a muchos ciudadanos judíos de Bulgaria, Hungría y Rumanía, una gesta que no se ha olvidado y que acaba de ser objeto de un curioso y perenne recuerdo.

En concreto, las Embajadas de España en Bulgaria, Hungría y Rumanía y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través del programa de becas ART-EX, acaba de poner broche a su proyecto titulado 'Murales para la Libertad', para rendir homenaje a los diplomáticos españoles Julio Palencia en Sofía, Ángel Sanz Briz en Budapest y José Rojas y Manuel Gómez-Barzanallana en Bucarest.

Los cuatro se negaron a permanecer impasibles ante el horror nazi y llevaron a cabo intensas y arriesgadas gestiones con las autoridades locales para lograr que no se consumara la deportación y exterminio de miles de vecinos judíos.

El artista español Okuda San Miguel ha sido el encargado de materializar esta labor humanitaria a través de tres pinturas murales de grandes dimensiones realizadas entre los meses de mayo de 2016 y el presente mes de junio. Las piezas están situadas en la Calle Sultan tepe 1 en Sofía (Bulgaria), en la fachada del Instituto Bilingüe Miguel de Cervantes; en el número 4 de la Calle Dob, en pleno corazón del barrio judío de Budapest (Hungría); y por último, en el número 8 de la Avenida Dimitrie Cantemir de Bucarest (Rumanía).

Este artista de origen cántabro ha dejado en estos murales la huella de su estilo propio, basado en formas geométricas y estampados multicolores, así como en escalas de grises, creando de este modouna identidad propia dentro del mundo del arte mural, además de obras verdaderamente llamativas e inconfundibles.

Aspecto del mural dedicado a José Rojas y Moreno y Manuel Gómez-Barzanallana, que salvaron a centenares de judíos rumanos, en Bucarest.

La iniciativa ha sido posible gracias a la colaboración de las embajadas con los respectivos ayuntamientos de cada capital. Se confía así en mantener viva la memoria de estos funcionarios que con su actuación salvaron miles de vidas.

Una historia personal contra el holocausto y la barbarie del Tercer Reich está detrás de cada uno de los diplomáticos en los que están inspirados los murales.

El “fanático antialemán” que protegió a los sefardíes

Julio Palencia Álvarez-Tubau fue Ministro de la Embajada de España en Sofía entre 1940 y 1943 e intercedió ante Bulgaria y Alemania para proteger los derechos y bienes de 150 judíos sefardíes. Adoptó a los hijos de León Arie, judío ejecutado por los alemanes, para que pudiesen salir del país y reencontrarse con su madre, ganándose por parte del embajador de Alemania en Sofía, controlada en esos años por el régimen nazi y la Gestapo, los calificativos de "fanático antialemán" y "amigo de los judíos".

En represalia por estas acciones, Palencia fue declarado “persona non grata” por el gobierno colaboracionista y filo-nazi de Bogdan Filov, lo que dio lugar a su cese y su regreso a Madrid. Según algunas investigadores, logró salvar la vida en total a más de medio millar de personas.

El hombre que salvó a 5.000 judíos

La historia de Ángel Sanz-Briz es más conocida ya que ha servido como argumento para la película El ángel de Budapest. Sanz-Briz como diplomático en la Embajada de España en Hungría de 1942 a 1944 emitió pasaportes, cartas de protección, dio cobijo a quienes pudo y como pudo: escondiéndolos en oficinas, alquilando casas como si fueran anexos de la embajada, para salvar la vida de más de 5.000 judíos.

Muchos años después, cuando Sanz-Briz falleció en Roma en 1980, siendo embajador ante la Santa Sede, el gobierno español repatrió el cadáver con todos los honores que merecía el veterano diplomático en servicio desde antes de la Segunda Guerra Mundial, después de una carrera brillante. Los periódicos recogieron en los oblituarios la gran trayectoria y su servicio al estado: El Cairo, Berna, Amsterdam, Pekín, Roma… Pero en ninguna necrológica puede hallarse una mención a la heroica labor humanitaria que desempeñó en las convulsas calles de la capital húngara durante la Segunda Guerra Mundial.

Más allá del deber

También en la primera mitad de la década de los 40, José Rojas y Moreno y Manuel Gómez-Barzanallana, durante su paso por la Embajada de España en Rumanía, emplearon sus contactos con las autoridades del país para evitar la aplicación de leyes antisemitas a parte de la comunidad sefardita, librando de una muerte segura a decenas de personas.

La gesta de Sanz-Briz, que salvó la vida a más de 5.000 judíos húngaros, fue silenciada por el régimen franquista. Solo a su muerte se conoció

Otro libro, Más allá del deber, de José Antonio Lisbona, también recuerda esta respuesta ejemplar de nuestro servicio exterior frente al Holocausto. En ella se recopila además la lista de diplomáticos españoles que destacaron por la defensa de los judíos durante su cometido y que han recibido, en muchos casos, el testimonio de reconocimiento del Estado de Israel

Así, además de los cuatro nombres inmortalizados ahora en los murales de Sofía, Budapest y Bucarest, se citan los de los siguientes ‘Schindler’ españoles: Miguel Ángel de Muguiro, destinado en Budapest entre 1938 y 1944; Sebastián Romero Radigales, cónsul general en Atenas entre 1943 y 1945; Padre Ireneo Typaldos, en Atenas entre 1942 y 1944; Eduardo Gasset y Díez de Ulzurrun, cónsul y encargado de negocios en Atenas y Sofía entre 1941 y 1944; Bernardo Rolland y de Miota, cónsul general en París entre 1939 y 1943; Alfonso Fiscowich y Gullón, cónsul general en París entre 1943 y 1944; Eduardo Propper y de Callejón, primer secretario en Burdeos en 1940; Alejandro Pons y Bofill, vicecónsul honorario en Niza entre 1939 y 1944; José Luis Santaella, agregado de agricultura en Berlín entre 1942 y 1944; Antonio Zuloaga Dethomas, agregado de prensa en París, Vichy y Argel entre 1939 y 1944; Luis Martínez Merello y del Pozo, cónsul general en Milán entre 1937 y 1942; Fernando Canthal y Girón, cónsul general en Milán entre 1943 y 1945; Jorge (Giorgio) Perlasca, falso cónsul en Budapest entre 1944 y 1945, y Santos Montero Sánchez, falso vicecónsul en Saint Étienne, entre 1942 y 1944.