| 23 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Cospedal y Cifuentes, el domingo en Madrid
Cospedal y Cifuentes, el domingo en Madrid

Las chicas de oro

Cospedal y Cifuentes. Cifuentes y Cospedal. Un tándem sólido en una imagen llena de señales que hermana a todo el PP del centro de España para lo que pueda venir en el futuro.

| Javier Rodríguez Opinión

El segundo aniversario de la investidura de Cristina Cifuentes como presidenta de la Comunidad de Madrid fue la confirmación de un secreto a voces: la excelente relación existente entre ella y Dolores de Cospedal, el tándem de rubias más célebre y peleón de un PP que, por lo demás, tiende a acochinarse en tablas y a dejar que escampe el temporal cuando arrecia.

Cospedal y Cifuentes van de la mano, y pese a las zancadillas Rajoy sabe que ambas son cruciales en dos batallas clave

No es el caso de ambas: si la secretaria general ha sobrevivido a intrigas palaciegas, acusaciones infundadas y hasta un cierto machismo que se denuncia si la víctima es Irene Montero pero se calla si es Cospedal aunque en ambos casos se utilice a sus parejas; la presidenta regional lo ha hecho al mayor ataque, tan artificial como vistoso, que se recuerda en alguien que prácticamente acababa de comenzar a ejercer un cargo público de gobierno.

En la diana de Podemos

Si Cospedal quedó retratada por aguantar el pulso a Bárcenas y ponerle de patitas en la calle, una decisión que nadie se había atrevido a adoptar en Génova 13 y que le costó una denuncia falaz sobre la financiación del PP castellanomanchego a la que el juez dio carpetazo; Cifuentes lo hizo por llevar a la Fiscalía al mismísimo Canal de Isabel II y aguantar, a continuación, una campaña de acoso y derribo no del todo aclarada pero encabezada estéticamente por Podemos.

 

Una imagen llena de claves: Cospedal, Cifuentes, Casado y Maíllo juntos; rodeados por los consejeros del Gobierno regional

 

Hay dolores que forjan amistades y, en el caso del PP, poderosas alianzas: a nadie se le escapa que la amistad entre ambas hermana a futuro a dos de las federaciones populares más potentes y dibuja un poder orgánico en todo el centro de España del mayor valor estratégico.

Rajoy sabe que Madrid y La Mancha son claves y que retener una y recuperar la otra es crucial para el PP

En movimiento

El acto conjunto, en el parque Eva Duarte (de Perón) del castizo barrio de la Guindalera en Madrid, es por ello algo más que una imagen estática y refleja un movimiento lleno de señales que Rajoy conoce, induce y respalda.

El presidente sabe, como todo el PP, que Madrid es clave, que la batalla allí es dura y lo será aún más en adelante y que, en La Mancha, sucederá algo parecido. Mantener una y reconquistar la otra, con ambas al frente de las candidaturas, es crucial para el PP.

Con Pablo Casado, el golden boy que más suena para candidato a alcalde entre quienes le quieren de verdad y quienes sólo le quieren ver quemado, y Martínez Maíllo detrás; la estampa de las chicas de oro sonrientes arroja una última conclusión: el futuro, esa oportunidad para los valientes que decía Víctor Hugo, acaba de empezar. Aunque sea entre zancadillas.