| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Dinero sucio

Un estudio de la Universidad de Hong Kong revela que el papel moneda contiene infinidad de bacterias, algunas de ellas infecciosas. Éstos son los sorprendentes resultados del informe.

| Fernando Escudero Opinión

 Después de leer este artículo, ya no podrá mirar del mismo modo el vil metal. Y, probablemente, esbozará una sonrisa socarrona cuando el encargado de cobrarle en la caja del súper eleve a las alturas, para examinarlo al trasluz, el billete de 50 euros que usted le endose para pagar la compra de la semana. En el fondo, le habrá entregado todo un ecosistema. Y no precisamente tan maravilloso como el que podemos ver en los documentales de La 2.

Hasta el 94% de los billetes pueden albergar sustancias patógenas

Un reciente estudio publicado por la Universidad de Hong Kong (China) (Toward a Metagenomic Understanding on the Bacterial Composition and Resistome in Hong Kong Banknotes) ha venido a confirmar lo que muchos investigadores sospechaban desde hace años: que los billetes de banco son “uno de los principales medios de transmisión de bacterias y agentes patógenos resistentes a los antibióticos”, debido a su frecuente circulación en la vida cotidiana.

De hecho, entre el 70 y el 94% de los billetes en circulación son susceptibles de albergar estas sustancias. Y en caso de los billetes de euro, un estudio realizado hace casi un lustro detectó la presencia de hasta 26.000 bacterias en el papel moneda que circula en la Unión Europea.

Billetes de cualquier sitio
 
Lo primero que hicieron los investigadores fue comprobar, si como aseguraban estudios anteriores, el papel moneda es un caldo de cultivo idóneo para albergar ‘vida’ -virus y bacterias capaces de sobrevivir hasta 13 días-, de modo que tomaron como muestra 15 billetes de 20 dólares recogidos en cajeros automáticos de 12 hospitales y 3 estaciones de metro.
 
Tras extraer minúsculos fragmentos de las bacterias existentes en esos billetes, procedieron a introducirlos en varios cultivos celulares. El resultado fue espectacular: tal y como se refleja en la revista científica Frontiers in Microbiology, las bacterias crecieron a gran velocidad. Es decir, el cash se había convertido en un medio ambiente perfecto para su desarrollo.

La bacteria del acné, la más común en todas las muestras analizadas

Ojo al acné

¿Y qué tipo de bacterias se encontraron los investigadores en los billetes del experimento? La respuesta hará, tal vez, que su hijo o hija  adolescente tenga algo menos de apego por la paga semanal: La más común fue la Propionibacterium acnes, la causante del acné juvenil, las odiosas espinillas que tanto molestan física y, sobre todo, psíquicamente, a los imberbes de hormonas revolucionadas.
 
Otra joya biológica frecuente en los billetes analizados eran bacterias de la categoría Acinetobacter, habitualmente presentes en el agua y en el suelo y capaces de causar algún que otro problema -infecciones de heridas o neumonía- en personas con diabetes, sistema inmunológico debilitado o enfermedad pulmonar crónica.

 


 
De manera global, el 36% de las bacterias que contenían los 15 billetes objeto del experimento resultaron ser patógenos, capaces de infectar a los seres humanos y muchos de ellos con una gran resistencia a los antibióticos.

La falta de higiene, el principal causante junto a no lavarse bien las manos para comer

Todo por las manos
 
Otro dato curioso que arroja la investigación es que en los billetes se halló una mayor cantidad de especies bacterianas que las encontradas en estudios anteriores realizadas con muestras tomadas en las palmas de las manos, en los conductos de aire del metro, en el agua potable y en el mar.

El estudio de la Universidad de Hong Kong, señala, en base a estudios anteriores, que “la fuente de contaminación de  los microbios en el dinero puede ser la comida, el agua, el aire, , el suelo, el polvo o  las personas que manipulan billetes o monedas. Especialmente, los patógenos humanos pueden ser transmitidos al dinero debido a los hábitos antihigiénicos personales, por ejemplo, tocar moneda después de toser, estornudar o manipular alimentos”.