| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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George Wallace, el supremacista que inspiró a Quim Torra

Hay que remontarse a los años 60 y a la América de la segregación racial para encontrar un ejemplo similar al del presidente de la Generalitat: un gobernador de Alabama que pensaba así.

| Marco Ballesteros Opinión

Lo dijo por escrito el nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra: los españoles son como "bestias" con apariencia humana. Es una de las mil barbaridades que ha proferido a lo largo de decenas de artículos y declaraciones durante años, marcadas siempre por una idea que resume a las demás: el supremacismo, y su derivada, el segregacionismo.

No es una ideología nueva, pero para encontrar un antecedente parecido hay que remontarse a los Estados Unidos en los años 60 y, en concreto, al entonces gobernador del Estado de Alabama, George Wallace, un racista sin complejos en la América que discutía entonces el derecho a voto de la población negra.

 

 

"Segregación ahora, segregación siempre". La lapidaria frase concentró toda la bilis política de Wallace contra unos seres que consideraba inferiores y con menos derechos, en la misma línea en que Torra se ha dirigido a los españoles en incontables ocasiones. Pronunció aquella diatriba un 14 de enero de 1963, y la convirtió en su lema para oponerse, incluso, a la matriculación de estudiantes negros en la Universidad de Alabama.

El 'president' de Alabama

Aquella política le llevó a enfrentarse incluso a Kennedy, a escapar del Partido Demócrata y a aspirar a la presidencia americana desde una formación de nuevo cuño bautizada como Partido Americano Independiente que fracasó en 1968 pero le catapultó, sólo dos años después, de nuevo al puesto de Gobernador de su estado original.

 

 

De Torra no se espera que piense de otra manera, pero Wallace sí experimentó un cambio 16 años después de acuñar uno de los lemas más xenófobos pronunciados nunca, en la historia, por un cargo público: renegó de sí mismo, se dirigió a todos los líderes civiles de la comunidad afroamericana para hacer penitencia y, ya desprovisto del triste equipaje racista, volver a ser gobernador por última vez en 1982.

La resistencia a la xenofobia

Involuntariamente, Wallace dejó en su peores años otra imagen para la historia: la célebre marcha de Selma a Montgomety, encabezada por Luther King, con la que miles de afroamericanos demostraron su afán por lograr los mismos derechos que el resto. Sin un racista como él, quizá aquella mítica marcha -en realidad- no hubiese tenido el impacto que tuvo.

Quizá las manifestaciones en Barcelona de los últimos meses en favor de la unidad sean el equivalente de aquellos hechos que hoy han desembocado en una igualdad racial real en Estados Unidos y en la creación en Alabama de senderos históricos que rememoran la resistencia a Wallace. O a Torra.