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Felipe VI, Rey de España, durante su discurso de Navidad de 2023
Felipe VI, Rey de España, durante su discurso de Navidad de 2023

Felipe VI reclama preservar la integridad de la Constitución en su discurso

El monarca centró su alegato en una férrea defensa de los valores constitucionales y de la cohesión del país incidiendo en el respeto a la separación de poderes de las instituciones

| Mariola López España

Felipe VI ha defendido la Constitución española como ejemplo de la unión y la convivencia entre españoles en su tradicional mensaje de Nochebuena. El jefe de Estado ha incidido en que "el germen de la discordia no se puede instalar entre nosotros" y ha defendido la separación de poderes como garante de las libertades de todos.

El monarca ha decidido centrar su discurso de este año sobre dos pilares básicos, pese a que comenzo su alegato señalando que "las dificultades económicas y sociales que afectan a la vida diaria de muchos españoles son una preocupación para todos. Una preocupación que se manifiesta, especialmente, en relación con el empleo, la sanidad, la calidad de la educación, el precio de los servicios básicos. Desde luego también con la inaceptable violencia contra la mujer o, en el caso de los jóvenes, con el acceso a la vivienda".

Defensa de la Constitución

Pero desde ahí, Felipe VI centró el discurso primero "en la Constitución, que la Princesa de Asturias juró el pasado 31 de octubre" y que "ha estado presente ininterrumpidamente en nuestras vidas" desde hace 45 años. "Es, sin duda, el mejor ejemplo de la unión y convivencia entre españoles", aseveró. "El mayor éxito político de nuestra reciente historia", indicó sobre la Carta Magna.

Como ya dijo en Asturias, con motivo de la jura de la Constitución por parte de la heredera al trono, Felipe VI indicó que "es con la unión, con el esfuerzo colectivo y con las actitudes solidarias como se construyen las grandes obras, las que trascienden a las personas, las que duran y permanecen en el tiempo. Es así como un país progresa".

 

"La democracia también requiere unos consensos básicos y amplios sobre los principios que hemos compartido y que nos unen desde hace varias generaciones. Y esa unión, que tiene profundas raíces históricas y culturales, debe descansar sobre todo en los valores que rigen toda convivencia democrática: la libertad, la justicia, la igualdad, el pluralismo político. Esos son los valores que nos cohesionan, que le dan fortaleza y permanencia a un sistema democrático como el nuestro", indicó en su encendida defensa constitucional.

"Gracias a la Constitución conseguimos superar la división, que ha sido la causa de muchos errores en nuestra historia; que abrió heridas, fracturó afectos y distanció a las personas. Superar esa división, por tanto, fue nuestro principal acierto hace ya casi cinco décadas. Por eso, evitar que nunca el germen de la discordia se instale entre nosotros es un deber moral que tenemos todos" reseñó el monarca.

Felipe VI incidió en que "expresarse libremente, recibir una educación, tener un empleo, o protegerse de la enfermedad, es sin duda clave en nuestro día a día. También lo es acceder a una vivienda, formar una familia, contar con ayuda social o disponer de un retiro digno... Todos esos hechos diarios, y muchos más, son los que la Constitución ampara, garantiza y protege".

La férrea defensa constiticional del monarca finalizó con la advertencia de lo que sucedería lejos del manto de la Carta Magna. "Fuera del respeto a la Constitución no hay democracia ni convivencia posibles; no hay libertades sino imposición; no hay ley, sino arbitrariedad. Fuera de la Constitución no hay una España en paz y libertad", finalizó su defensa 

Y defensa de España

El segundo pilar del discurso navideño del monarca se centró en España. "Los españoles iniciamos hace ya casi medio siglo un nuevo camino; lo hicimos juntos, democráticamente, en un proyecto común. Aprobamos una visión compartida de España que reconoce el derecho de todos a sentirse y a ser respetados en su propia personalidad y en su cultura; con sus lenguas, tradiciones e instituciones", además de defender la fortaleza, solidaridad, civismo, coraje y dignidad del país.

"Y hemos expresado y, sobre todo, defendido nuestros valores constitucionales cuando estos han estado en cuestión o se han puesto en riesgo", añadió Felipe VI, antes de continuar reseñando que "cada institución, comenzando por el Rey, debe situarse en el lugar que constitucionalmente le corresponde, ejercer las funciones que le estén atribuidas y cumplir con las obligaciones y deberes que la Constitución le señala".

"Debemos respetar también a las demás instituciones en el ejercicio de sus propias competencias y contribuir mutuamente a su fortalecimiento y a su prestigio. Y finalmente debemos velar siempre por el buen nombre, la dignidad y el respeto a nuestro país", indicó, posicionándose sin ambages del lado de la separación de poderes intrínseco a la democracia.