| 10 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, junto a Antonio Hernando
Pedro Sánchez, junto a Antonio Hernando

La alianza entre Podemos e IU deja grogui a Pedro Sánchez y desquicia al PSOE

Un sector del PSOE lleva semanas advirtiendo de los riesgos de un acuerdo entre Iglesias y Garzón, ahora más cerca que nunca. El socialista se queda sin caladero electoral y sin discurso.

| Javier Ruiz de Vergara España

Todos los manuales de estrategia política advierten de que un partido entra en barrena cuando se achica su espacio electoral, es decir, cuando se reduce su caladero de votos. Cuando el próximo martes el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, acuda a la última audiencia de consulta del Rey Felipe VI habrá constatado no sólo su fracaso en el intento de alcanzar la investidura, sino que toda su estrategia de cara a las previsibles elecciones del 26 de junio ha quedado arruinada.

Un veterano ex dirigente del PSOE, gran conocedor de las bambalinas electorales y demoscópicas, recuerda a ESdiario que el 21-D, al día siguiente de los comicios, los socialistas estaban profundamente divididos en dos bandos: quienes optaban por que Sánchez facilitara un gobierno de PP en minoría, incluso un ejecutivo de gran coalición entre PP y PSOE; y otro sector, el más joven, que se mostraba favorable a un gran acuerdo de izquierdas con Podemos, Izquierda Unida, Esquerra Republicana y, también, las formaciones nacionalistas.

Sánchez logró el aval del Comité Federal, tras un agrio debate avivado por la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, para iniciar conversaciones con Podemos. Y es en este punto donde un importante sector del PSOE considera que su líder ha logrado desquiciar al partido. Suscribió un acuerdo insuficiente con Ciudadanos y firmó un veto inamovible a cualquier diálogo con Mariano Rajoy que ha llevado al PSOE a una situación de bloqueo total y al país al borde de unos nuevos comicios.

Los riesgos del sorpasso

La dirección socialista y su secretario de Organización llevan semanas con la maquinaria electoral activada y con la previsión de que el PSOE no celebrará primarias para elegir a su candidato. Es decir, que Pedro Sánchez volvería a concurrir al 26-J. La estrategia diseñada por el aparato socialista era presentar a su líder como la opción centrista, quien ha tratado de lograr un acuerdo sólo frustrado por la intransigencia de Podemos y Ciudadanos.

En este sentido, algunos dirigentes del PSOE llevan días advirtiendo a su cúpula de los graves riesgos que para el partido supondría una alianza electoral entre Podemos e Izquierda Unida. Sánchez y su entorno han respondido a esas advertencias asegurando que ese acuerdo es imposible. Sus razones: las buenas expectativas electorales de Alberto Garzón y las reticencias al acuerdo dentro de Izquierda Unida, puesto que el sector de Gaspar Llamazares se opone; y en Podemos, las reticencias en esta formación son las del sector que encabeza Íñigo Errejón.

Un sector de la dirección del PSOE reprocha a Sánchez el haber minimizado el riesgo de un acuerdo Iglesias-Garzón

Pero este miércoles Sánchez se topó con un principio de acuerdo a su izquierda que puede ser demoledor para sus expectativas electorales. Cabe recordar que en las elecciones generales el PSOE logró 5.530.779 votos, cuando cuatro años antes había obtenido 7.003.511. Por su parte, el 20-D Podemos obtuvo 3.182.082 votos, a los que hay que sumar los 927.940 de En Comú Podem, los 671.071 de Compromís y los 408.370 de En Marea. Izquierda Unida obtuvo 923.133.

En los últimos días, tras constatar el fracaso de Sánchez en su intento de llegar a La Moncloa, Iglesias y Garzón comenzaron a echar cuentas, cuentas que este jueves alarman en la sede del PSOE. Si se extrapolan los números, el pacto de izquierdas obtendría 5.732.596 papeletas, cerca de 200.000 más que los socialistas. Sorpasso logrado. Y sin contar el de los jóvenes que votarán por primera vez, tradicionalmente un voto más radical.

Los críticos con Sánchez creen además arruinada la estrategia electoral porque consideran que el partido deberá dar la batalla  por su izquierda. Y hay quién busca relevo al candidato y sitúa los nombres de Carmen Chacón y Eduardo Madina.