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La espantada de altos cargos que saca a la luz la "aluminosis" del sanchismo
Adriana Lastra y Dolores Delgado son las últimas fugas del proyecto de Pedro Sánchez. Pero desde hace varias semanas hay deserciones encadenadas en todas las áreas del gobierno.
Sabido es que nadie se quiere marchar de los proyectos o las empresas exitosas, y menos aún de las que apuntan un largo recorrido por delante. Como sabido es, también, que en política se busca siempre el sol que más calienta.
No debe suceder esto en el sanchismo, un edificio con evidentes señales de desmoronamiento. Por unas u otras razones, casi una decena de altos cargos ha abandonado en las últimas semanas sus responsabilidades en el Gobierno o en organismos asimilados bajo el mando de Pedro Sánchez.
Así, en estos últimos tiempos la ministra Ione Belarra ha perdido a su jefe de gabinete e Irene Montero a su secretaria de Estado de Igualdad. El primero, el diplomático Santiago Jiménez, alegó "razones personales". La segunda, Noelia Vera, alegó otra decisión "personal y complicada".
Lo mismo le ha ocurrido al titular de Seguridad Social, que hace apenas unos días vio dimitir a sus dos secretarios de Estado en una auténtica desbandada general. Con unas pocas horas de diferencia, dieron plantón a José Luis Escrivá el secretario de Estado de Seguridad Social, Israel Arroyo, y el secretario de Estado de Migraciones, Jesús Perea.
El último alto cargo de relumbrón en abandonar fue el presidente del INE, Juan Rodríguez Poo, harto de las injerencias de Moncloa. Las últimas deserciones, las de Adriana Lastra y Dolores Delgado. Pero nadie duda de que habrá más.
