| 01 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y de fondo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, charla con sus dos vicepresidentas: Mª Jesús Montero y Yolanda Díaz.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y de fondo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, charla con sus dos vicepresidentas: Mª Jesús Montero y Yolanda Díaz.

La culpa es del polvo de Feijóo

El relato es lo que importa. En ese cascarón se ha ido arrinconando la política: si algo no puedes contarlo, mejor no hacerlo. Palabra de asesor áurico. ¿Alguien sabe que los populares este jueves, de mano de Cuca Gamarra, presentaron unas interesantes propuestas en materia de vivienda? No. Han pasado sin pena ni gloria. Una pena: la polémica bilduetarra lo ha tapado todo.

Estos días, al contrario, hemos visto la maquinaria publicitaria de Pedro Sánchez imparable embarcada en construir los cimientos del nuevo capítulo de la novela que llegará: el de romper con Bildu sin que Bildu se enfade demasiado. Y, sobre todo, que los suyos se traguen esa amarga pastilla con mejor sabor de boca.

El presidente prepara a sus fans “progresistas” para que acepten de buena gana que, tras el domingo, el PSE dará sus votos de nuevo a un partido “conservador” como el PNV, en lugar de formar un gobierno de izquierda “progresista”. Ahora, el 'sanchismo' -así le conviene- entona que los de Otegi son “proetarras” que deben seguir un tiempo más en su proceso para ser plenamente demócratas. En quince días Otegi volverá a ser, a ojos del interés socialista, un progresista de concordia que salva la vida de los españoles.

Hacer política atado al relato, según convenga en cada momento, siempre es complicado para alguien que ha mamado principios. Además, obliga a caer en la contradicción permanente. Aunque, visto lo visto, esto a Sánchez no le plantea ningún remilgo ni problema.

El PSOE tiene dirigentes bien preparados para cambiar de piel cuanto haga falta por su líder: “todo por la patria” del poder. E, igualmente, medios de comunicación y periodistas que se fajan con la fe del carbonero al dictado monclovita. El PP, al contrario, siempre le saca punta a la mota de polvo que Feijóo tiene en el último cartel. A.M.BEAUMONT