| 03 de Junio de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el pleno sobre la ley de amnistía.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante el pleno sobre la ley de amnistía.

Juego de trilero

La frase más repetida este miércoles es: “Puigdemont derrota a Sánchez”. Por más que el equipo de “opinión sincronizada” progresista trate de volver el foco hacia la “dignidad” del presidente. El independentismo nos ha dado una patada a todos los españoles en el culo de Sánchez. Indignante. Sí. Es lo lógico cuando alguien se aferra al poder de forma tan anormal que está dispuesto a todo por conseguir siete votos que necesita para seguir durmiendo en el confortable colchón de su cama en La Moncloa.

Además, el chantaje cada vez será más insoportable. Sánchez decidió primero pasar pesadillas con Pablo Iglesias y, ahora, sufrir los ronquidos del fugado de la Justicia fortificado en Waterloo. Le está bien empleado: él solo se ha encamado con gente así. Por ello, no es creíble que el PSOE 'sanchista' se haya caído del caballo y ahora haya decidido poner fin a la legislatura de locura donde se ha montado. No, no es dignidad. Nada de eso. Sólo ha hecho un paréntesis, porque en menos de tres semanas hay elecciones en Galicia y no desea que se hable más de lo preciso de amnistía y de los delincuentes asociados al socialismo durante la campaña.

Hay que tener presente que la proposición de ley, de haber superado el trámite del Congreso, habría caído en manos ya del Senado, donde el PP marca los tiempos y la agenda. Asistimos a un ardid trilero de estrategia política. Luego, por desgracia, por seguir Sánchez en el machito, Carles Puigdemont tendrá su premio.

A.M. BEAUMONT