| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Escapada de verano a Cuenca: un plan diferente

No tiene playa, pero sí miles de cosas que ver y un encanto muy especial del que disfrutar en tus vacaciones

| E.V. Ocio

La ciudad de Cuenca, ciudad Patrimonio de la Humanidad , cuenta con suficientes méritos propios como para que este verano nos planteemos la posibilidad de poder disfrutar tanto de su patrimonio artístico como de la belleza de sus paisajes únicos.

De entrada es una ciudad muy accesible, con alojamientos llenos de encanto y una gastronomía a la altura de los más exigentes.  Su casco histórico es una delicia, con sus calles empedradas y un montón de rincones en los que  desconectarse en unas vacaciones diferentes, y sus alrededores albergan parajes excepcionales para compartir en familia o con amigos, Ya sea para una visita breve como para disfrutar de todas unas vacaciones, Cuenca es un destino que debemos tener en cuenta. 

Para que puedas sacarle el máximo partido, es EsdEstilo te contamos lo que no debes perderte si te decides por este destino en el que no hay playa pero sí mucho que ver tanto dentro como fuera del casco urbano.

Dentro de la ciudad

Las casas colgadas

Si hay algo que caracteriza a Cuenca son sus casas colgadas – que no colgantes–. Esta maravilla de la arquitectura parece planear sobre la hoz del río Huécar, con sus balcones de madera voladizos sobre el acantilado. En una de ellas hay  un mesón donde degustar los platos típicos de la zona,  como el morteruelo ( una especie de paté  elaborado con hígado de cerdo, especias y pan rallado) o el alajú ( un dulce  hecho con almendras, miel, especias, pan rallado y pan tostado)

Plaza Mayor

Es una de las más bonitas de la ciudad y el centro neurálgico de la parte alta. Alli nos vamos a encontrar el Ayuntamiento, situado en un edificio de estilo barroco, el Convento de las Petras y la Catedral de Nuestra Señora de Gracia,  que data del siglo XII. 

Catedral de Santa María y San Julián

Fue el primer edificio que se construyó en la ciudad tras la reconquista y contiene una mezcla de estilos muy interesante porque reflejan las distintas fases por la que ha pasado su construcción, y que van desde el gótico normando hasta el barroco.

Los rascacielos del barrio de San Martín

En realidad se trata de un conjunto de viviendas de carácter popular cuya originalidad radica en su altura, muy diferente dependiendo de la orientación de sus fachadas.: desde la principal, situada en la calle Alfonso VIII presentan tres o cuatro plantas, pero por su parte posterior, dando al río Huecar, tienen hasta ocho o nueve alturas. 

Torre de Mangana

Se construyó en el siglo XVI sobre las ruinas del antiguo alcázar , pero tuvo que ser reconstruida posteriormente con el aspecto propio de las torres italianas. Actualmente es el campanario y reloj de referencia para la ciudad.

Túneles calle Alfonso VIII

Los túneles de la calle Alfonso VIII tienen un recorrido de unos 90 metros por debajo el casco antiguo de Cuenca. Han sido abiertos al público recientemente para lo que se han iluminado y se ha instalado un suelo de madera. Se cree que esto túneles se utilizaban como almacenes subterráneos y como refugio en la Guerra Civil.

La visita es guiada y en ella se explican curiosidades de la historia de la ciudad y de cómo se construyeron de los túneles.

Puente San Pablo

Imprescindible pasar por él porque es otro de los elementos que dotan a Cuenca de su encanto. Data de 1902 y está hecho de hierro y madera, que era lo que marcaban las tendencias arquitectónicas de la época. 

En los alrededores

Nacimiento del río Cuervo

Es uno de esos parajes que te dejan con la boca abierta lleno de riachuelos, cascadas, pozas y manantiales. Tiene un aparcamiento y una zona de acampada desde la que comienza un sendero de tierra por el que vamos a ir recorriendo en paralelo todo el curso del río hasta llegar a una gruta que es donde brotan las aguas de las que nace el río. La excursión es imprescindible.

Las Caras de Buendía

¿Te imaginas una una serie de caras grabadas en piedra en medio de la naturaleza?. Pues eso es lo que han venido realizando desde 1992 dos artistas, Jorge Maldonado y Eulogio Reguillo , esculpiendo en la piedra arenisca de la zona unos rostros de cuento que enamoran a grandes y pequeños.

El Ventano del diablo 

Antes de llegar a la Ciudad Encantada,merece la pena hacer una parada en el conocido como El Ventano del Diablo, una especie de mirador esculpido en la propia roca de la montaña desde el que podemos disfrutar de unas vistas espectaculares de la hoz del río Júcar y el entorno de la Sierra de Cuenca.

La ciudad encantada

Si todavía no la has visitado no sabes lo que te pierdes. Las rocas calcáreas y calizas de gran tamaño se han ido desgastando a lo largo de miles de años por los elementos atmosféricos creando estructuras de formas caprichosas de manera que parecen enormes hongos, animales o incluso personas transformadas en piedra por el hechizo de las hadas. De ahí su nombre. Fue declarada Sitio Natural de Interés Nacional en 1929