| 08 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la líder del PSPV, Diana Morant
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la líder del PSPV, Diana Morant

El argumentario de Pedro Sánchez y Diana Morant

Todo un compendio de argumentos que veremos radicalizar en estas semanas álgidas del ciclo electoral donde “todo vale” para Pedro Sánchez y su lugarteniente valenciana.

| Josep María Felip Edición Valencia

El próximo lunes sabremos si dimite, o no, Pedro Sánchez.  Así nos lo ha hecho saber a través de su misiva dirigida a los españoles, todo un ejercicio de onanismo político. Pero esa no es la cuestión, pues si dimite se pondrá en funcionamiento el procedimiento previsto en los artículos 99 y 101 de la Constitución, y, si no dimite, seguiremos constitucionalmente igual que ahora. En ambos casos, tendremos al PSOE con toda la izquierda movilizada en torno a un “enemigo único”: el PP con Vox, juntos y en el mismo saco. El ciclo electoral está en su punto álgido y Puigdemont ha dado ya a conocer el precio de sus siete votos en el Congreso según sea el resultado del próximo 12 de mayo. Hay que tomar medidas.

Los datos sobre el alcance del 'Caso Koldo' a los inquilinos de la Moncloa, la acción kamikaze de Manos Limpias y la avidez de ciertas instancias judiciales eran ya conocidos. La conjunción de estos tres elementos en la actual y conocida coyuntura política era cuestión de tiempo. El primer paso de este embrollo: la misiva de Pedro Sánchez, aparentemente por amor a su mujer. Todo un compendio de estrategia política.

Quede como quede, o haga lo que haga Pedro Sánchez, políticamente vamos a asistir a una situación que afectará a Diana Morant, la delegada de Pedro Sánchez en la franquicia valenciana del PSOE.  Dimita o no, a Morant no le quedará más remedio que radicalizarse en sus posiciones frente a Carlos Mazón para asentar su débil liderazgo. ¿Y cuáles van a ser los argumentos genéricos que van a esgrimir el PSOE y sus aliados políticos? Argumentos sobre los que se radicalizará Diana Morant.

Un argumento sería el del “malvado Enemigo Único”. Se trata de reunir a todos sus rivales en una única categoría, la «ultraderecha». Todo el que no está con él está contra él, y es malo por deducción. Todos son «fachas», donde lo facha es la encarnación del mal. Hasta se permite englobarla en un mundo imaginario: la «fachosfera». En el caso de Diana Morant, esa individualización es la «ultraderecha», referida a un PPCV “que se ha dejado secuestrar” por Vox. De ese modo sus rivales políticos forman un todo. Y aparece la idea principal del argumentario: el único enemigo “ad hominem”, que es el tándem Feijóo-Abascal citado en la carta.

Otro, el fundado en el aforismo si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”. Se trata de cargar sobre el oponente los propios errores o defectos, respondiendo al ataque con el ataque. Ya casi no es posible recordar los escándalos que se han ido tapando con otros durante las legislaturas sanchistas. El último de ellos, el 'Caso Koldo', con las implicaciones de Ábalos, Illa y Armengol, ha sido respondido con filtraciones a la prensa de la propia Fiscalía - controlada por el Gobierno- sobre el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. O aquí, en Valencia, donde los agentes de Morant tapan estos, y alguno más, como el caso Puig en Les Corts con casos de hace 15 años.

Un tercero, “la propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”.  La “amnistía como solución”, por no ir más lejos, es la más actual y clara “mentira” repetida como “verdad” hasta la saciedad por Moncloa y Ferraz. Aquí, la Ley de la Concordia es repetida cual soniquete como la “rendición de Mazón a los enviados de Abascal”, cuando ha sido más bien al contrario: Mazón ha frenado sus pretensiones. 

Otro, la selección de los detalles a destacar en las entrevistas, ya clásicas, donde Sánchez “negaba con contundencia que haría lo que al final ha acabado haciendo”. Un ejemplo, la entrevista con Jordi Évole y sus intenciones con Bildu o con Puigdemont. O aquí, donde la delegada del Gobierno o el grupo de Diana Morant en Les Corts fuerzan información y estadísticas de gestión para “demostrar” que el Consell de Mazón es “el caos” frente al Consell de Puig, presentado como el “paraíso perdido”.

Lo hizo Zapatero despertando a los dos Españas, lo hizo el guerracivilismo, y lo ha continuado haciendo Sánchez

Tendríamos también la “instrumentalización de los medios de opinión afines” donde se reavivan los odios atávicos en propio beneficio para desarrollar la dialéctica amigo-enemigo. Lo hizo Zapatero despertando a los dos Españas, lo hizo el guerracivilismo, y lo ha continuado haciendo Sánchez, mayormente con su Ley de Memoria Democrática, que visibiliza a unos y oculta a otros con su esencia inequívocamente sectaria. Así, lo ha hecho también Zapatero este miércoles en La Ser, llamando a la movilización de los socialistas en favor de Pedro Sánchez “por amor y contra el odio”. Aquí, en Les Corts, y en los media de Valencia, los delegados de Diana Morant ya criminalizaron a más de uno, o una, por disentir de su Ley de la Memoria Histórica.

Pero quizá el argumento más claro que podemos esperar, y que está en la misiva de Pedro Sánchez al pueblo español, sea el de tratar de convencer que sus postulados cuentan con el mayoritario apoyo de la población”, a pesar de que esto sea visiblemente incierto. Es el adoctrinamiento masivo basado en la demagogia, por la que Pedro Sánchez, por ejemplo, asegura que ha ganado las elecciones. Su constante referencia a sus rivales (PP y Vox) de que «ustedes están solos» confirman su utilización. Es la referencia de Diana Morant a que ellos, los socialistas, son “los únicos nietos de los republicanos”, como si no hubieran existido Samper, Chapaprieta o Lluis Lucia.

Todo un compendio de argumentos que veremos radicalizar en estas semanas álgidas del ciclo electoral donde “todo vale” para Pedro Sánchez y su lugarteniente valenciana, Diana Morant. Utilizarán hasta el descaro al ente público, RTVE, la prensa y la radiodifusión afín, o el CIS, para movilizar a su electorado, generar noticias falsas, y condicionar las posiciones políticas de sus socios en el Congreso. Pero lo más llamativo que observaremos será la radicalización, sin más, de los del Botànic en Les Corts. Dimita o no dimita Pedro Sánchez por amor.