| 18 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Pilu Hernández Dopico, autora del artículo, es fundadora y CEO de el pupitre de Pilu. Preparadora de oposiciones. Coach educativo.
Pilu Hernández Dopico, autora del artículo, es fundadora y CEO de el pupitre de Pilu. Preparadora de oposiciones. Coach educativo.

El Reflejo de Nuestras Palabras en el Espejo Digital

En el vasto ecosistema digital, nuestras palabras pueden ser semillas de cambio. Seamos diligentes jardineros.

| Pilu Hernández Dopico Edición Valencia

En el vasto y vibrante mundo de las redes sociales, donde cada uno de nosotros tiene el poder de ser un emisor, un creador, un influenciador, a menudo olvidamos el peso que llevan nuestras palabras. Hoy, quiero abrir una conversación sobre un tema que ha estado rondando mi mente, una reflexión nacida no solo de mi experiencia personal sino también de la observación de una tendencia preocupante: la ligereza con la que, a veces, hablamos de nuestro aspecto físico y el de los demás en estas plataformas digitales.

Frases como "Uff, con esta cara que tengo hoy" o comentarios sobre el peso de alguien pueden parecer inocuos, incluso humorísticos. Sin embargo, detrás de la pantalla, el impacto puede ser profundamente diferente. Estos comentarios, si bien pueden nacer de un momento de inseguridad o deseo de conexión, se convierten en un eco en el universo digital, capaces de resonar de manera inesperada en la autoestima de quienes nos siguen.

Mi camino no ha estado exento de desafíos, especialmente en lo que respecta al sobrepeso, una lucha que, confieso, nunca me ha definido ni limitado personalmente. Pero el año pasado, durante un encuentro casual, una antigua conocida me felicitó por mi transformación física de una manera que, más allá de ser un elogio, reflejaba una cruda realidad sobre cómo se percibe el valor de una persona a través de su apariencia. Este comentario, aunque aislado y seguramente bienintencionado, me hizo reflexionar sobre la responsabilidad que conlleva nuestra comunicación en las redes.

Nos encontramos en una era donde nuestras vidas están inexorablemente entrelazadas con el mundo digital. Cada foto, cada comentario, cada "me gusta" tiene el potencial de influir, para bien o para mal. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos usando este medio para construir o para destruir? ¿Estamos fomentando un ambiente dónde prevalece la aceptación y el apoyo, o inadvertidamente estamos contribuyendo a una cultura de comparación y juicio?

Mi llamada de hoy, para todos nosotros que compartimos pedazos de nuestra vida, es a ser más conscientes de nuestras palabras y acciones. Las redes sociales nos brindan una plataforma única para influir y conectar, y con ello viene una gran responsabilidad. Optemos por usar este espacio para elevar a los demás, para inspirar y para construir un entorno donde cada persona se sienta valorada y aceptada tal como es.

Antes de pulsar "publicar", hagamos una pausa y reflexionemos: ¿Contribuye mi mensaje a un mundo más amable, más empático? Recordemos que en el vasto ecosistema digital, nuestras palabras pueden ser semillas de cambio. Seamos diligentes jardineros, cultivando un espacio donde lo mejor de nosotros pueda florecer. Seamos el cambio.

Os animo a ver el vídeo y por supuesto que opinéis.