| 24 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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¿La política española la deciden Valls y Macron?

Que no se entienda lo que está haciendo Ciudadanos es normal. Pero en el fondo está muy claro: apostar por liderar el centro-derecha español. Con permiso de sus socios franceses.

| Vicente Climent Edición Valencia

Los bandazos de Ciudadanos durante la anterior legislatura han sido legendarios, apoyando al PSOE en Andalucía y al PP en Madrid. Eso en España no se entiende. Y por eso Vox hacía el chiste de “la veleta naranja” y Mariano Rajoy consideraba a Albert Rivera un socio poco fiable que lo mismo le apoyaba a él que a Pedro Sánchez con sendos acuerdos sucesivos de gobernabilidad.

Albert Rivera no podía por tanto presentarse a las convocatorias de abril y mayo de 2019 con ese sambenito, y por eso y porque vio débil a Pablo Casado, decidió apostar con suficiente antelación por liderar una nueva UCD que comprendiera a todo el centro-derecha español.

Eso lo sabían 'los dos manueles', Emmanuel Macron y Manuel Valls, presidente de la República Francesa y ex-primer ministro francés respectivamente, por lo menos desde la Ejecutiva de Ciudadanos de febrero.

Macron es socio preferente de Ciudadanos en Europa (en el partido liberal ALDE), y por eso Pedro Sánchez ha acudido a él cuando ha querido presionar a Rivera (Rajoy se ha sumado con gusto) para que le ayudara a ser presidente español otra vez.

Valls se alió con el líder naranja para pelear Barcelona, la última frontera en un tiempo en el que los independentistas están al mando de la Generalitat y de la Cámara de Comercio, y llamando, ¡no por Dios!, a las puertas de la alcaldía condal. Con evidente fracaso.

Luego Valls le ha salido rana a Ciudadanos (o viceversa), aparentemente convencido de que cualquier acercamiento a Vox, aunque sea a kilómetros, supone acercarse al Frente Nacional de Marine Le Pen, su gran adversaria en la aldea gala.

Por un momento ha dado la impresión de que Francia volvía a dirigir los destinos de España, como cuando Pepe Botella. Menos mal que Josu Ternera no se ha escapado.