TV3 supera el límite humillando al Rey Felipe, a la Policía y se mofa de Murcia

De nuevo, quince días después de mofarse del 50 cumpleaños de Felipe VI, TV3 ha vuelto a arremeter contra la Monarquía relacionado al Rey con un rapero condenado por enaltecimiento del terrorismo etarra. 

En la nueva parodia del espacio humorístico Polònia, que ha indignado al entorno de la Casa Real según ha podido comprobar ESdiario,  tiene como protagonista al Rey Felipe VI que durante una visita de un mandatario árabe decide interpretar un rap a dedicado a Pablo Hasel, el rapero que actualmente se enfrenta a dos años y nueve meses de cárcel por presuntos delitos de injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo.

En la parodia de TV3, Felipe VI canta a Hasel lo siguiente: "Pablo, rey de los pringados, señor de los pareados que se cree muy valiente pero yo soy el boss de la Zarzuela, aquí somos los amos, no importa quien gobierne ni los safaris de mi padre" y termina: "con un simple 'a por ellos' me camelo a los plebeyos".

Policía Nacional

Indignación también hay en la Policía y Guardia Civil que han vuelto a ver como son representados como auténticos maltratadores. Con motivo del ofrecimiento del gremio de hoteleros de Murcia a ofrecer alojamiento gratis a los agentes que participaron en el operativo del 1 de octubre en Cataluña, los guionistas del programa han aprovechado para representar a unos agentes de policía repartiendo golpes a diestro y siniestro sin motivo. 

La parodia la han intercambiado con algunas inserciones de imágenes de intervenciones y cargas policiales con los actores de Polònia, caracterizados como policías y ridiculizando su figura como personas inconscientes repartiendo golpes con una defensa de goma, las conocidas porras. 

De paso, el programa ha vejado a los hosteleros murcianos y a todos los murcianos "rebautizando" la región como "Murcia d' Or, la ciudad de las contusiones", emitiendo una supuesta oferta de actividades para los policías españoles y todas ellas con el común denominador: tanto en la piscina, como en la playa, restaurante o incluso haciéndose un masaje; los agentes pueden realizarlas con su caso antidisturbios y por supuesto sin parar de agredir a los allí presentes.