Fernando Alonso confirma en Daytona su ADN de ganador

El Cadillac número 10 que compartieron el español Fernando Alonso, el japonés Kamui Kobayashi, el estadounidense Jordan Taylor y el holandés Renger van der Zande logró este domingo la victoria en las 24 Horas de Daytona, y este hito ha sido una muesca más en la carrera de un piloto que tiene una genética competitiva por naturaleza y que todavía tiene mucho que decir en el mundo del automovilismo de competición. El español se convierte en el tercer piloto de la F1 en ganar aquí, como hicieron Phil Hill (1964) y Mario Andretti (1972).

En una carrera marcada por la lluvia y que terminó neutralizada sin coches en la pista, el bicampeón mundial de F1 dio un recital de conducción en sus turnos al volante con unas condiciones de pista muy complicadas debido a la cantidad de agua con la que se tuvo que disputar, un escenario donde su simbiosis con los neumáticos Michelin, con los que siempre se ha proclamado campeón, resultó vital.

El año pasado Alonso disputó sus primeras 24 Horas de Daytona y acabó junto a Lando Norris y Phil Hanson en el trigésimo octavo lugar, a 90 vueltas del ganador, por culpa de una avería en los frenos de su coche, algo que da fe de la dificultad añadida para haber conseguido este título.

La aventura de Alonso más allá del Gran Circo de la Fórmula 1 sigue dando sus frutos, demostrándose a sí mismo y al resto del mundo del motor sus cualidades al mando de cualquier aparato con volante. El asturiano se despidió en noviembre de la F1 tras 17 años, con un primer y claro objetivo, la Triple Corona que da el ganar el GP de Mónaco conquistado con Renault y Michelin; las 24 Horas de Le Mans, triunfo logrado en junio de nuevo con Michelin; y las 500 Millas de Indianápolis, para las que ya se está preparando y que se disputarán en mayo.