| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Yo vi jugar a Iñaki Urdangarín en Valencia

Hubo una época en la que la relación del otrora "yerno perfecto" con la ciudad de Valencia se limitaba a los lógicos desplazamientos que su actividad balomanística requería...

| Carlos Botey Edición Valencia

Desde un punto de vista estrictamente personal, este relato tiene su origen en la fecha del 26 de febrero de 1997. Ese fue el día en el que el FC Barcelona, el "Dream Team" de Valero Rivera - se dispondría por aquel entonces a conseguir su segunda Copa de Europa de las cinco consecutivas que obtendría -, visitaba por primera vez el Polideportivo Universitario de Valencia.

En sus filas militaba un ya en ese momento afamado - al menos para los más avezados de los allí presentes - lateral derecho internacional enfundado en el dorsal número 7 de la elástica "blaugrana". Sí, el mismo que exactamente un mes después haría oficial - a través de la Casa Real - su compromiso con la Infanta Cristina

El, por entonces, chaval de 15 años que suscribe estas líneas, embargado por la emoción de ver por primera vez en un 40x20 a figuras de la talla mundial de Masip; Garralda; Chtchepkin; Barrufet o Svensson; apenas sí pudo distinguir un comentario de una joven que afirmaba: " A mí el que más me gusta es el 7, el rubio". Ni que decir tiene que el Balonmano Valencia, pese a mostrarse muy voluntarioso, aguantó solamente hasta donde pudo (25-33 con tres tantos del ya también ex Duque de Palma).

Después de dos años de travesía por el desierto marcados por las penurias económicas tras consumarse precisamente esa campaña el descenso del BM Valencia a División de Honor "B", lo más habitual sería acudir al tópico de que la historia volvió a repetirse. Pero no.

La expectación por ver a ese zurdo de cabello rubio creció de forma mucho más que exponencial. De hecho, durante esa temporada 1999-00 Iñaki Urdangarín y el  FC Barcelona acudieron hasta en dos ocasiones al recinto universitario valenciano, toda vez que la ASOBAL estaba probando, en uno más de sus innumerables bandazos a lo largo de los tiempos, un formato de playoff que ese mismo año abandonaría y que permitió al por entonces Valencia Airtel (octavo) medirse al FC Barcelona (primero) en cuartos de final.

Pues bien, ese segundo y definitivo choque de primera ronda de playoff produjo una serie de imágenes y sensaciones inimaginables hasta ese instante en el marco de un simple partido de balonmano: entradas agotadas, colas que alcanzaban incluso los exteriores del Hospital Clínico... ¡y qué decir de la algarabía - por momentos histeria - del público! ... fundamentalmente del femenino, claro está.

Y es que uno, ya a punto de cumplir los 19 años, sí era mucho más consciente de lo que implicaban reacciones como las que ahí tuvieron lugar: "Pues no es lista la Infanta ni nada", o "Ya lo puede disfrutar la Cristina, ya" fueron algunas de las manifestaciones que, sobre todo, las más jovencitas hacían suyas sin ningún tipo de rubor.  Aunque, nobleza obliga, las conclusiones de algunos siguieran pasando por los cinco goles que aquella primaveral tarde de sábado de abril de 2000 Urdangarín infligió al guardameta internacional noruego del BM Valencia Gunnar Fosseng, y a los casi 60 minutos de juego al completo de los que disfrutaría - él y sus seguidores/as - , ya que su rodaje era, tras unas semanas de leves problemas físicos, necesario ante la inminente final de Copa de Europa en la que el Barça acabaría por doblegar al conjunto alemán del THW Kiel. Precisamente esa fue la sexta Champions de Iñaki Urdangarín en su último curso como profesional y dentro de una intachable trayectoria deportiva.

El siguiente contacto - al menos de entre los que han trascendido - del que fuera " yerno perfecto" de la Casa Real ya habría que enmarcarlo dentro de un contexto diametralmente opuesto. Pertenece a aquel foro que un buen día se dio en llamar Valencia Summit, y que -"teóricamente" - nació bajo la pretensión de promocionar el deporte y orientar hacía la práctica del mismo. Tan sólo habían transcurrido cinco años - corría el año 2005 - y, al parecer, las prioridades para algunos ya eran otras bien diferenciadas de las anteriores. Pero a partir de ahí ya era otra historia. Un relato que corresponde a aquellos destinados a contar, como esta semana sin ir más lejos hemos visto, las consecuencias penales que los hechos delictivos merecen llevar aparejados; pero no al chaval de 15 años que un día tuvo la oportunidad de expresarle su admiración.

 

Desde un punto de vista estrictamente personal, este relato tiene su origen en la fecha del 26 de febrero de 1997. Ese fue el día en el que el FC Barcelona, el "Dream Team" de Valero Rivera - se dispondría por aquel entonces a conseguir su segunda Copa de Europa de las cinco consecutivas que obtendría -, visitaba por primera vez el Polideportivo Universitario de Valencia.