| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Policías franceses en las inmediaciones de uno de los zulos de ETA.
Policías franceses en las inmediaciones de uno de los zulos de ETA.

Los sindicalistas que negociaron el "desarme" de ETA por 700 euros al día

Se cree que ningún preso, tampoco ninguno que lo haya sido y que ahora ya esté en la calle, colaborará con la Justicia para que ésta esclarezca los casi 300 atentados sin padre ni madre.

| Carlos Dávila España

Hace algunos días, no muchos desde luego, un vasco, militante crítico del PNV en su momento y siempre muy conocido e inquieto, visitó en la cárcel a un etarra que lleva preso bastantes años. El terrorista es hijo de un antiguo afiliado peneuvista que aún sigue sin explicarse como su “seme”, su hijo, “cayó en aquello”. Textualmente: “En aquello”.

El visitante comentó en su vis a vis con el susodicho asesino, que lo es porque así está condenado, la “ceremonia” (término empleado por los dos, anfitrión y forastero) de entrega de armas que finalmente se cumplimentó el pasado sábado en el sur de Francia. Pues bien: la conclusión, más bien la seguridad, que extrajo el confidente del veterano e importante criminal de la banda fue ésta: ningún preso, tampoco ninguno que lo haya sido y que ahora ya esté en la calle, colaborará con la Justicia para que ésta esclarezca los casi 300 atentados de ETA que aún no tienen ni padre, ni madre.

La negativa es total, absoluta, definitiva. Así parecen saberlo esa pequeña tribu de verificadores a sueldo que han perpetrado, junto con sus palmeros, un acto bochornoso en el que ETA ha entregado una pequeña muestra del arsenal que durante años ha acumulado en el país vecino.

Pero, ¿quién ha organizado la tal “ceremonia”? Los expertos no albergan la más mínima duda: en la negociación con los restos de ETA ha participado activamente un sindicato: ELA STV, la organización sindical, por si alguien no lo recuerda, hermana del PNV. El azar desagradable ha hecho que al desmantelamiento del sábado no haya podido acudir uno de los personajes que más han influido tanto histórica como funcionalmente en el sindicato: el padre Balentín o Valentín Bengoa o Vengoa, que de las dos formas ha escrito su apellido a lo largo de su vida.

Bengoa, muerto tras cumplir de largo los 90 años, se afilió a la teología de la liberación en Nicaragua cuando allí, trasladado por sus superiores jesuitas, se hizo íntimo amigo de un desdichado individuo, también jesuita, Fernando Cardenal, promotor de la guerrilla y el pistoletazo como fórmula más idónea para acabar con el subdesarrollo en América. Bengoa regresó a España, patrocinó a ELA y ahora, si ya no hubiera fallecido, se sentiría enormemente reconfortado de comprobar que su insistencia en acercarse a la izquierda abertzale, o sea a los terroristas, cumplía su última acto, por ahora, con el paripé vergonzoso de Bayona.

ELA está formado por una ralea de chupópteros que llevan años dándose el morro con Arnaldo Otegi

Es más que posible que Bengoa conociera en vida a alguno, o a todos, los llamados “verificadores”, en este momento convertidos, para mayor bochorno, en “artesanos” de la paz. Este grupo, fuertemente alentado por ELA, está formado por una ralea de chupópteros que a razón de más de 700 euros por jornada “trabajada” llevan años dándose el morro con Arnaldo Otegi y su cuadrilla de sedicentes etarras.

En su momento colaboraron ardorosamente con la plataforma “Lokarri” (“lo que sirve para juntar”, dicho en español) que junto a los holandeses de “Dialogue Advisory Grup”, también paniaguados del independentismo violento vasco, se han presentado como los gestores del final de ETA. “Lokarri”, lo recordarán todos los que saben de esto, fue hijo o hija, qué más da, de “Elkarri”, una asociación blanda de Batasuna fundado por Jonan Fernández, concejal abertzale de Tolosa, que patrocinaba el “fin dialogado y pacífico de la violencia”, pero eso sí a condición de que España se largara del País Vasco que es ahora lo que exige también el autor del secuestro de Javier Rupérez, Arnaldo Otegi.

Los supuestos verificadores llevan años viviendo de este momio, de las bagatelas que en diversas ocasiones les han suministrado el Ayuntamiento de San Sebastián, la Diputación de Álava y hasta el Gobierno Vasco, que  ha pagado la web de estos sujetos. Hoy se calcula que el desembolso oficial y reciente que ha terminado en la buchaca de los banderilleros de ETA no baja de los 250.000 euros. Por si alguien alimenta dudas sobre este particular sépase que los verificadores, más concretamente el más animoso de todos ellos, Ram Manikkalingam, reconoció sin pestañear la subvención económica nada menos que ante la Audiencia Nacional.

Naturalmente que los tales individuos han asistido a la “ceremonia” sin en el acompañamiento de sus amigos etarras que ni van a dar la cara nunca ni, como debe acreditarse porque esta es una constancia que tiene que tenerse en cuenta, no tienen la menor intención de revelar quiénes perpetraron los 300 atentados de la banda que aún llevan la etiqueta de “no resueltos”.

Esta es una decisión de la banda, repito. Los verificadores, a los que les trae por una higa este enojoso detalle,  han tenido de socios en la “ceremonia”  a los partidos políticos filoterroristas que durante años han disculpado e incluso festejado a ETA, al PNV que ¡para qué contarles algo de su comportamiento durante los interminables años del plomo!, y sorprendentemente al Partido Socialista de Euskadi, la filial vasca del PSOE.

La fotografía de la infortunada militante del PSE a la que Elorza, Mendía o incluso Patxi López y demás conmilitones, mandaron para la ocasión, ha llenado de ira a muchísimos dirigentes del PSOE, uno de los cuales Abel Caballero, alcalde de Vigo, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, y coautor del derribo de Pedro Sánchez, afirmaba literalmente este jueves: “¿Es que nos hemos vuelto locos? ¿cómo podemos estar en  una foto con Otegi? Es un error fundamental porque el 98 por ciento de nosotros no está de acuerdo con esa aberración”. Pero la foto ya se ha hecho y los viejos luchadores socialistas contra ETA, desde Corcuera a Rubalcaba, se sienten profundamente avergonzados porque su partido se haya prestado a semejante infamia.

El etarra descarriado

Por volver al principio: el visitante de la cárcel, ¿jienense quizá?, decía al cronista que lo que sucede es que “aquí, dígase lo que se diga, aún hay miedo a que algún etarra descarriado vuelva a cometer una fechoría”. Existe desde luego un grupúsculo asilvestrado, sugerencia del confidente, que, puesto a continuar con su oficio de matar, y descontento con la rendición de sus jefes, nos puede dar otro susto de muerte.

Es cierto que ETA está derrotada y que no va a pedir perdón, ni a colaborar nunca con la Justicia, decisión, como queda dicho, ha sido tomada muy recientemente, y ello conduce a pensar que si las  condiciones puestas por Otegi y su banda, expulsión de Policía y Guardia Civil, referéndum, y acercamiento de presos, no se negocian cuanto antes, no es imposible que los inclemente e irredentos vuelvan a las andadas.

Ahora los verificadores y su escandalosa cuadrilla van a sumarse a Otegi para exigir que España se ponga de rodillas ante ellos. La pregunta es: ¿continuará el PSOE en esta operación? La contestación es ésta: si gana Pedro Sánchez (ahora mismo tiene casi seguros el veinticinco por ciento de los votos), si; el PSOE continuará con el terrorista Otegi.